Los cohetes rusos Protón dejarán de volar en 2025

El cohete Protón-M, el lanzador más potente que tiene Rusia en servicio, tiene los días contados. Con una capacidad para situar unas 22 toneladas en órbita baja, el Protón solo fue desbancado el año pasado por el Angará A5, otro cohete fabricado por la empresa Khrúnichev. También es el principal vector que tiene Rusia para situar satélites privados en órbita (prácticamente todos sus lanzamientos son comerciales), pero, a diferencia del cohete Soyuz, el Protón sólo puede ser lanzado desde el cosmódromo de Baikonur, Kazakistán.
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Un cohete Protón-M en Baikonur con el satélite Ekspress-AM4R (Roscosmos).
Como todos sabemos, Rusia paga un generoso alquiler a Kazajistán al año (unos 115 millones de dólares) por usar el cosmódromo de Baikonur y mantener la ciudad homónima bajo control conjunto. Pero el Kremlin quiere trasladar todos los lanzamientos de Baikonur al futuro cosmódromo de Vostochni, situado en territorio de la Federación Rusa. Y no hay sitio para el Protón en Vostochni, desde donde solamente despegarán cohetes Soyuz y Angará (y quizás el MKRN con suerte). Por lo tanto, la vida del Protón está ligada estrechamente a la explotación del cosmódromo de Baikonur (no existen rampas para el Protón en el cosmódromo de Plesetsk).
Puesto que Kzajistán y Rusia habían acordado mantener el alquiler de Baikonur hasta 2050, en principio todo indicaba que al Protón le quedaba una larga vida por delante. Sin embargo, en repetidas ocasiones el gobierno kazajo se ha mostrado a favor de suspender -o al menos limitar- los vuelos del Protón. Este cohete usa propergoles hipergólicos altamente tóxicos (el Angará emplea queroseno y oxígeno líquido), lo que ha generado un importante debate en algunos sectores de la opinión pública kazaja sobre el impacto medioambiental de este vector. Rusia se encarga de recoger los restos de la primera etapa del Protón y descontaminar las zonas de caída, pero parece que no es suficiente, porque el vicerepresentante de Kazkosmos, Yerkin Shaymagambetov, acaba de declarar que Rusia y Kzajistán han decidido parar los lanzamientos del Protón desde Baikonur en 2025. Si se confirma esta noticia, dentro de una década las cuatro rampas de este cohete (de las cuales actualmente se usan dos) pasarán a convertirse en una ruina más de las que jalonan el viejo cosmódromo.
El Protón, o UR-500, nació en los años 60 como un misil intercontinental (ICBM) monstruoso capaz de lanzar una cabeza nuclear de cien megatones. Su ‘padre’ fue el ingeniero Vladímir Cheloméi, encargado de la oficina de diseño OKB-52. El primer UR-500 despegó en 1965 con el satélite Protón para estudiar los cinturones de radiación, de ahí que fuese este el nombre público elegido para el nuevo lanzador. El Protón ha lanzado todas las estaciones espaciales soviéticas y rusas (DOS y OPS/Almaz), así como los módulos de gran tamaño asociadas a estas, además de la mayoría de sondas soviéticas de espacio profundo. También será el encargado de lanzar las sondas ruso-europeas ExoMars y el módulo Nauka a la ISS. A pesar de que ha demostrado una fiabilidad un tanto irregular en los últimos años, el Protón ha sido protagonista indiscutible de la historia de la Cosmonáutica y ha llevado a cabo más de 400 lanzamientos. Con suerte, para cuando se retire dentro de diez años el Protón habrá sido sustituido totalmente por el Angará. Ahora queda por ver si este cohete tendrá una carrera más longeva que su predecesor.
(Más información sobre la historia del Protón, aquí).
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Rampa de un cohete Protón.
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Rampas del Protón en Baikonur (Área 81 y Área 200).
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Maqueta del UR-500 en el museo del cosmódromo de Baikonur (Eureka).
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Maqueta de un Protón en el museo del cosmódromo de Baikonur (Eureka).

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