KOI-3158, un viejo sistema planetario en miniatura

Uno de los grandes aportes de la misión Kepler ha sido el descubrimiento de los llamados sistemas planetarios compactos, es decir, sistemas de planetas que giran todos ellos a muy poca distancia de su estrella. Y es que, aunque pueda parecer mentira, existen estrellas en las que todos sus planetas orbitan a una distancia no superior a la de la órbita de Mercurio (70 millones de kilómetros). Hasta ahora conocíamos varios sistemas compactos, como Kepler-11, Kepler-32, Kepler-33 y Kepler-80, todos con cinco planetas como mínimo. Pero un nuevo sistema los supera con creces.
Captura de pantalla 2015-01-03 a las 14.08.24
Tamaño de los planetas de KOI 3158 (abajo) comparados con mundos del sistema solar y otros exoplanetas (arriba) (Tiago Campante/NASA).
El nuevo sistema se denomina, a falta de un nombre oficial, KOI-3158 y también tiene cinco planetas. No obstante, y esto es lo fascinante, todos ellos están situados a menos de 15 millones de kilómetros de su estrella (0,1 UA). El sistema entero cabría dentro de la órbita del planeta más interior del sistema compacto Kepler-11. O sea, que estamos ante lo que podríamos llamar un sistema ‘supercompacto’. Por si no fuera poco, todos tienen un tamaño inferior al de la Tierra. Esta última característica es especialmente llamativa, ya que en el resto de sistemas compactos conocidos la mayoría de mundos tienen unas dimensiones que superan las de nuestro planeta. KOI-3158.01, el mundo más pequeño, es similar en tamaño a Mercurio, mientras que KOI-3158.05, el más grande y lejano, es ligeramente más pequeño que Venus. El resto tienen un radio intermedio. Eso sí, ninguno de ellos es más pequeño que Kepler-37b, el exoplaneta de menor tamaño conocido hasta la fecha (con unas dimensiones comparables a las de la Luna). Las temperaturas superficiales de estos mundos serían incompatibles con la vida, aunque desconocemos sus características más allá de su tamaño.
Captura de pantalla 2015-01-03 a las 14.11.08
KOI-3158 y otros sistemas planetarios compactos descubiertos por Kepler comparados con el sistema solar (arriba) (la escala de distancias es logarítmica) (Tiago Campante).
Si todo esto es extraño, lo es todavía más que la estrella del sistema (HIP 94931) no sea una enana roja, sino una estrella de tipo espectral K0 solamente un poco menos masiva que el Sol (con el 76% de la masa solar). Eso sí, no es una estrella cualquiera, puesto que pertenece a la Corriente de Arturo, un flujo de estrellas que se mueve perpendicularmente al plano galáctico y que se alejan de la Vía Láctea a distancias que alcanzan los 6500 años luz. Nadie sabe si estas estrellas se formaron originalmente en la Galaxia o si provienen de una galaxia enana que ha sido devorada por la Vía Láctea.
Por todo esto KOI-3158 ya es un sistema suficientemente interesante, pero es que encima es uno de los sistemas más viejos conocidos, con una edad de 12000 millones de años (aunque debemos tener mucho cuidado en este punto, ya que los errores a la hora de determinar las edades estelares son enormes). Es decir, ¡se formó apenas 1800 millones de años después del Big Bang! Este dato no es una simple curiosidad y tiene unas implicaciones muy profundas a la hora de analizar las posibilidades de aparición de la vida en la Vía Láctea. Muchos modelos teóricos indican que sistemas como KOI-3158 no deberían existir debido a la poca abundancia de elementos pesados -’metales’- en el Universo primigenio. De hecho, los nuevos descubrimientos señalan a las estrellas de baja metalicidad como las más adecuadas para albergar planetas de tamaño terrestre. La simple existencia de KOI-3158 demuestra que ya existían planetas rocosos prácticamente desde el origen del Universo (su frecuencia es otra cuestión). Por consiguiente, es posible que la vida sea igual de antigua.
Captura de pantalla 2015-01-03 a las 14.23.18
Relación metalicidad de una estrella (porcentaje de elementos más pesados que el helio) y la abundancia de planetas (0 es la metalicidad solar). Las estrellas de mayor metalicidad presentan mayor abundancia de planetas gigantes (Tiago Campante).
En este sentido KOI-3158 es un bicho raro porque, aunque su metalicidad es obviamente baja (30% de la solar), posee bastante cantidad de elementos como silicio o titanio, pero muy poco hierro. Quizá sea esta combinación de elementos la ideal para favorecer la aparición de planetas rocosos. Por último, debemos señalar que KOI-3158 forma parte de un sistema triple. A poca distancia se encuentra una estrella doble formada por dos enanas marrones. Con cuatro planetas y dos estrellas cercanas, si la vida inteligente evolucionó en alguno de los mundos de KOI-3158 los incentivos para el viaje espacial no serían pocos precisamente. Y si pensamos que además han tenido 12000 millones de años para moverse por el Universo, da vértigo pensar dónde podrían estar a estas alturas.
Charla de Tiago Campante sobre el sistema:

Comentarios

Entradas populares