Probando los aceleradores del cohete SLS de la NASA
Hoy a las 15:30 UTC la NASA ha llevado a cabo la prueba QM-1 (Qualification Motor 1)con uno de los cohetes de combustible sólido del futuro cohete gigante SLS. La prueba estática tuvo lugar en las instalaciones de la empresa Orbital ATK en Promontory (Utah). Como suele ocurrir en estos casos, el vídeo es bastante espectacular:
Los SRB (Solid Rocket Booster) del SLS derivan directamente de los SRB del transbordador espacial, pero son más largos y más potentes. Mientras que los SRB del shuttle tienen cuatro segmentos de combustible sólido, los del SLS tienen cinco, de ahí que a veces se les denomine FSB (Five Segment Solid Boosters). Tienen una longitud de 54 metros -de los cuales 46,3 metros corresponden a los segmentos de combustible sólido-, un diámetro de 3,7 metros y su masa es de 725,75 toneladas, de las cuales 680,23 toneladas corresponden al combustible sólido. El tiempo de ignición es de unos dos minutos. Como curiosidad, el SRB de esta prueba ha sido confeccionado usando partes ya empleadas en 23 misiones del transbordador. La parte más antigua voló en la misión STS-51F de 1985, mientras que las más recientes se usaron en la última misión del shuttle, la STS-135, de 2011.
Los SRB de cinco segmentos fueron desarrollados inicialmente para los cohetes Ares I y Ares V del Proyecto Constelación de la NASA. Poco después de la cancelación de este proyecto en 2010 nació el programa SLS y desde un primer momento se contempló usar estos aceleradores para el nuevo lanzador. Por este motivo, la prueba estática QM-1 no ha sido la primera de un SRB de cinco segmentos. El 10 de septiembre de 2009 tuvo lugar la prueba DM-1 (Development Motor), seguida por la DM-2 (31 de agosto de 2010) y la DM-3 (8 de septiembre de 2011). Durante la DM-1 la ignición se efectuó en condiciones normales, mientras que para la DM-2 el cohete se refrigeró hasta lo 4º C y en la DM-3 se calentó hasta los 32º C, comprobando así el correcto funcionamiento del acelerador a distintas temperaturas. Puesto que la prueba DM-3 tuvo lugar cuando el SLS ya se había aprobado, esta se suele considerar como la primera prueba estática de un SRB del programa SLS, a pesar de que las pruebas DM nacieron dentro del Programa Constelación. Por el contrario, las pruebas QM han sido concebidas desde un principio dentro del marco del desarrollo del SLS y en 2016 se efectuará la QM-2.
Los dos SRB generarán aproximadamente el 75% del empuje necesario para despegar, mientras que el 25% restante lo proporcionarán cuatro motores RS-25D/E (en realidad motores SSME del shuttle) a base de hidrógeno y oxígeno líquido. El primer vuelo del SLS será de la versión Block 1, dotada de una segunda etapa iCPS (interim Cryogenic Propulsion Stage) derivada de la etapa superior del Delta IV y con capacidad para colocar 70 toneladas en órbita baja (LEO). Posteriormente se introducirá la versión Block 1b, con una segunda etapa EUS (Exploration Upper Stage) y capacidad para 97,5 toneladas. A -muy- largo plazo, tras un mínimo de diez misiones, se estrenaría la versión Block 2, con aceleradores avanzados -de combustible líquido o sólido- y capacidad para 130 toneladas en LEO.
A pesar del ligero retraso que ha sufrido esta prueba, la QM-1 es una muestra más de que el programa SLS marcha viento en popa desde el punto de vista técnico. Paradójicamente, desde el punto de vista político el programa sigue sin tener un futuro nada claro. Sin presupuesto para otorgarle un objetivo definido, el SLS se empleará para misiones tripuladas hacia las cercanías de la Luna o lanzar la sonda Europa Clipper. En 2018 el primer SLS despegará hacia la Luna con la segunda nave Orión sin tripulación en la misión EM-1 (Exploration Mission 1), pero no veremos un vuelo tripulado hasta dentro de casi diez años, cuando una nave Orión se acerque a nuestro satélite para recoger muestras de un asteroide capturado previamente por la misión ARM (Asteroid Redirect Mission). Por este motivo, el hashtag #JourneytoMars que la NASA ha usado para promocionar esta prueba en las redes sociales es, como mínimo, un pelín exagerado. Por supuesto, ojalá nos equivoquemos y la NASA termine por usar este lanzador para una misión tripulada a Marte. Y que lo veamos.
Vídeo sobre la producción del SRB:
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