Cuando Europa pudo estudiar Ceres en los años 90

La sonda Dawn de la NASA ya se encuentra en órbita alrededor de Ceres. Curiosamente, el mayor asteroide del sistema solar estuvo a punto de recibir una visita de otra sonda veinte años antes. A finales de los 70 la agencia espacial europea (ESA) buscaba propuestas de sondas espaciales con las que estrenarse en el campo de la exploración planetaria, por entonces coto exclusivo de EEUU y la Unión Soviética. Los asteroides parecían ser un fantástico objetivo por ser la clave para comprender la formación del sistema solar. Y así en 1979 nació el proyecto Asterex (Asteroid Exploration Mission), una sonda destinada a estudiar varios asteroides. Asterex sería lanzada mediante un Ariane 4 en 1987 y durante los tres años siguientes sobrevolaría cinco asteroides, incluyendo Ceres, Lamber, van Herk y Martínez. Los encuentros se producirían a una velocidad relativa de entre 4,3 y 16,7 km/s. Asterex usaría propergoles hipergólicos convencionales y tendría dos grandes paneles solares para compensar la mayor distancia del Sol a la que viajaría. Como instrumentos principales llevaría una cámara, un espectrómetro infrarrojo y un altímetro radar, además de otros experimentos secundarios.
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Sonda Agora de la ESA para estudiar asteroides (ESA).
Asterex no fue aprobada por la ESA, pero en julio de 1982 la agencia espacial europea volvió a requerir nuevas ideas de misiones y una vez más se propuso una sonda para estudiar los asteroides. El nuevo proyecto se llamaría Agora (Asteroid Gravity Optical and Radar Analysis) y era mucho más ambicioso que Asterex. Con el fin de aumentar el interés científico de la misión se consideró necesario que la nave se situase en órbita alrededor de algún asteroide, pero una maniobra semejante requería un enorme gasto de Delta-V imposible de alcanzar con un sistema de propulsión convencional y la capacidad de carga del Ariane 4, el lanzador europeo más potente por aquella época. Por este motivo se decidió dotar a la sonda de un sistema de propulsión eléctrico con seis motores iónicos, por entonces una tecnología muy novedosa, alimentados con un par de paneles de 33 metros de longitud.
Agora debería haber tenido una masa de 2500 kg -la sonda Dawn tenía 1240 kg al lanzamiento- y hubiera sido capaz de realizar dos sobrevuelos de asteroides a distancias del orden de 500 kilómetros antes de situarse en órbita de uno o dos asteroides de gran tamaño. Los asteroides elegidos serían de varios tipos para sacar el máximo provecho a la misión. Los asteroides favoritos para ser estudiados desde la órbita eran Vesta y Thetis, aunque Ceres también fue uno de los candidatos iniciales. En cualquier caso, con Ceres o sin Ceres, Agora habría sido una especie de hermana mayor de la sonda Dawn de la NASA y habría cumplido la mayor parte de los objetivos de esta misión.
Agora habría despegado entre 1990 y 1994 a bordo de un Ariane 44L y tras sobrevolar Marte para realizar una maniobra de asistencia gravitatoria, de forma similar a Dawn, llegaría al cinturón principal de asteroides para realizar una misión de cuatro años. Además de los instrumentos típicos de una sonda de este tipo, Agora incorporaría unos pequeños reflectores desplegables de veinte centímetros de diámetro que servirían para estudiar el campo gravitatorio de cada asteroide siguiendo su trayectoria mediante el radar. La ESA buscó durante un tiempo la colaboración con la NASA en esta misión, pero a mediados de los 80 la agencia norteamericana anunció que no estaba interesada en esta propuesta. A partir de entonces ambas agencias decidirían cooperar en una misión de retorno de muestras de un cometa, un proyecto del que la NASA también se retiraría unilateralmente. Posteriormente la ESA decidiría llevar a cabo esta misión en solitario con el nombre de Rosetta.

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