KosmoKurs: una iniciativa rusa de turismo suborbital
Hasta la fecha los únicos turistas espaciales que han alcanzado el espacio lo han hecho a bordo de naves espaciales rusas. Soyuz. Pero paradójicamente en Rusia no existen iniciativas sólidas de turismo espacial suborbital, y eso a pesar de la fiebre mundial de los últimos años a raíz de la cual han surgido todo tipo de empresas que quieren sacar tajada de este mercado y de la que Virgin Galactic es el ejemplo más famoso. Pero este escenario debería cambiar si sale adelante la propuesta de la empresa KosmoKurs, una nueva compañía privada rusa que pretende lanzar turistas en vuelos suborbitales.
KosmoKurs pretende desarrollar una cápsula capaz de llevar entre seis y doce turistas espaciales hasta los 200 kilómetros de altura. El vuelo duraría unos veinte minutos desde el despegue al aterrizaje e incluiría cinco o seis minutos de microgravedad, lo que no está mal comparado con los cien kilómetros de altura máxima y los apenas cuatro minutos de ingravidez que ofrece la SpaceShipTwo de Virgin Galactic. La nave de KosmoKurs se conoce por el momento simplemente como MSRKK, que no es otra cosa que el acrónimo ruso de ‘complejo espacial reutilizable’. El sistema estaría compuesto por el lanzador -que, como indica su nombre, sería reutilizable- y la cápsula para los turistas. Hasta aquí nada nuevo. Pero lo sorprendente del caso es que el vehículo parece una copia de…¡un Falcon 9 de SpaceX!
Efectivamente, el lanzador aterrizaría verticalmente y dispondría de un tren de aterrizaje plegable para garantizar su reutilización de forma similar a la criatura de SpaceX. Evidentemente, al no ser necesario acelerar la cápsula hasta velocidades orbitales, el cohete podría ser bastante más pequeño que el Falcon 9 y su masa rondaría las 60 o 70 toneladas. Por su parte, la cápsula, con una masa de 5 a 7 toneladas, descendería usando paracaídas convencionales, aunque dispondría de un sistema de escape de emergencia durante el lanzamiento situado en la base. La plataforma de lanzamiento sería móvil y la base podría estar situada en el centro de lanzamiento de Kapustin Yar, en la región de Astraján. KosmoKurs pretende conseguir financiación para su proyecto a través de la Fundación Sokolkovo y, si el dinero fluye, llevaría a cabo el primer vuelo entre 2018 y 2020. ¿Y el precio del billete? Pues entre 200 000 y 250 000 dólares, o sea, lo mismo que Virgin Galactic. Tras el proyecto KosmoKurs se encuentra Pável Pushkin, un joven ingeniero de treinta años con experiencia laboral en la empresa Khrúnichev, fabricante de los cohetes Protón y Angará. Pushkin calcula que en un año podría lanzar hasta 700 personas al espacio.
KosmoKurs ya saltó a la prensa el año pasado cuando propuso un minitransbordador espacial para vuelos suborbitales, pero se ve que durante este tiempo han decidido reformar el proyecto por completo. Siendo generosos, el sistema de KosmoKurs tiene muy pocas probabilidades de salir adelante, pero llama poderosamente la atención el que una iniciativa rusa decida ‘inspirarse’ en una empresa espacial estadounidense. De todas formas, si lo que de verdad quieren es lanzar turistas en vuelos suborbitales propongo resucitar el proyecto Sea Launch Cruiser, capaz de llevar a doscientas personas. Eso sí es un crucero suborbital en toda regla.
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