Las salmueras nocturnas de Marte o por qué Curiosity NO ha encontrado agua líquida en el planeta rojo
¿Ha encontrado Curiosity agua líquida en la superficie del cráter Gale? Pues antes de que nos emocionemos demasiado, ahí va un jarro de agua fría -valga la redundancia-, porque la respuesta es un NO rotundo. Si te preguntas a qué viene esta ‘no noticia’ la explicación es que se ha publicado un interesantísimo artículo en la revista Nature Geosciencerelacionado con este asunto. El artículo ha sido escrito por varios investigadores, dirigidos por el español Javier Martín Torres (CSIC), que trabajan en el instrumento REMS de Curiosity y su título -Transient liquid water and water activity at Gale crater on Mars- no deja lugar a dudas: en la superficie de Marte se forma agua líquida cada noche.
Pero entonces, en qué quedamos, ¿ha detectado o no Curiosity agua en Marte? Una vez más, ¡no! El motivo de esta contradicción es que el artículo no ha sido escrito a partir de una observación directa, sino en base a los datos del instrumento español REMS obtenidos a lo largo de un año marciano (1,88 años terrestres). Recordemos que REMS (Rover Environmental Monitoring Station) es básicamente una estación meteorológica avanzada situada en plena superficie del planeta rojo. Y según REMS, las condiciones climatológicas de la superficie -para ser precisos, dentro del cráter Gale, pero evidentemente son extensibles a buena parte del planeta- son compatibles con la existencia de agua líquida con alto contenido en sales hasta una profundidad de al menos cinco centímetros.
A diferencia de lo que uno pudiera pensar, estas salmueras se formarían durante la noche marciana, mientras que de día el agua se evaporaría. De acuerdo con REMS, durante las noches del invierno y el otoño marciano la humedad relativa de la atmósfera marciana alcanza el 100%, un valor que puede descender al 5% durante el verano. Además de los datos de REMS, los investigadores se han basado en los resultados del instrumento DAN (Dynamic Albedo of Neutrons), capaz de detectar la presencia de agua -en realidad hidrógeno- en el subsuelo, y del poderoso y famoso espectrómetro SAM (Sample Analysis at Mars), que también puede medir la humedad la atmosférica.
Las condiciones actuales de la superficie de Marte no permiten la presencia de agua líquida de forma estable -la presión y la temperatura son demasiado bajas-, pero sí que pueden existir salmueras de forma temporal. Como sabe cualquiera que haya echado sal a la calle para impedir la formación de hielo, la presencia de sales disminuye el punto de fusión del hielo, permitiendo que pueda haber agua líquida en las condiciones extremas de Marte. Ahora bien, la sal presente en las salmueras marcianas no serían ni el cloruro de sodio ni otras sales comunes en la Tierra (nitratos, sulfatos, etc.), sino percloratos. Los percloratos, como por ejemplo el perclorato de calcio, Ca(ClO4)2, son sales formadas a partir del ácido perclórico (HClO4) y su gran abundancia en el regolito marciano fue confirmada por la sonda Phoenix de la NASA en 2008.
Precisamente, la presencia de percloratos es una mala noticia para la posible habitabilidad actual de la superficie de Marte, ya que se trata de compuestos altamente reactivos con respecto a las moléculas orgánicas. No deja de ser una paradoja que las sustancias que permiten la presencia del compuesto más importante para la vida sean en el planeta rojo un problema para los hipotéticos microorganismos que podrían beneficiarse del mismo. En cualquier caso, la cantidad de agua que se forma durante la noche marciana sería demasiado pequeña para permitir la supervivencia de microorganismos de tipo terrestre, pero ni que decir tiene estamos ante un descubrimiento que, de confirmarse, cambiaría la visión actual sobre la habitabilidad de Marte (siempre será mejor poca agua que ninguna). Hay que recordar que las salmueras marcianas no son algo nuevo y, de hecho, se consideran el mecanismo favorito para explicar varias formaciones estacionales descubiertas desde la órbita, especialmente las llamadas líneas recurrentes en pendiente o RSL (Recurring Slope Lineae).
Por tanto, es importante subrayar que Curiosity no ha detectado agua líquida, sino que las condiciones atmosféricas de la zona son compatibles con su presencia, lo que obviamente no es lo mismo. Y es que, aunque parezca difícil de creer, Curiosity no posee ningún instrumento que pueda verificar esta teoría (señores de la NASA, ya saben qué nueva característica debería incorporar el rover de 2020), por lo que solo nos queda recabar pruebas circunstanciales. Ya sabíamos de la presencia de percloratos, salmueras y agua líquida en el planeta rojo, pero el artículo del equipo de REMS da una nueva vuelta de tuerca al farragoso asunto de la habitabilidad del Marte actual.
Ironías del destino, el cráter Gale era a priori uno de los lugares menos favorables para la presencia de salmueras nocturnas, ya que las condiciones de temperatura e iluminación son peores si las comparamos con otros lugares situados a mayor latitud. O lo que es lo mismo, si en el cráter Gale puede formarse agua líquida por la noche, en otros lugares del planeta situados más al norte o al sur su presencia está casi asegurada. Ahora solo nos queda enviar una sonda que confirme la existencia de este ‘rocío salado’ en las noches marcianas.
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