El Ariane 5 ME ha muerto. ¡Larga vida al Ariane 6!

Como los lectores del blog recordarán, hace dos años la agencia espacial europea (ESA) aprobó el desarrollo de dos nuevos cohetes: el Ariane 6 y el Ariane 5 ME. El primero era un lanzador de nueva generación destinado a reducir drásticamente los costes de lanzamiento, mientras que el segundo era una versión avanzada -un 20% más potente que el Ariane 5 actual- del actual Ariane 5. El Ariane 6 nació como una iniciativa de Francia, mientras que el Ariane 5 ME (Midlife Evolution) se consideraba una concesión a la industria alemana.
Versiones actuales del Ariane 6: Ariane 62 y Ariane 64 (Le Figaro).
Versiones actuales del Ariane 6: Ariane 62 y Ariane 64 (Le Figaro).
No obstante, en los últimos años el proyecto del Ariane 6 ha sufrido enormes críticas y como resultado su diseño ha cambiado drásticamente. Tras un primer cambio de diseño propuesto por las empresas Airbus y Safran, se decidió incorporar una etapa central criogénica en el Ariane 6, por lo que el nuevo lanzador ya no usará exclusivamente etapas de combustible sólido. Además se decidió incorporar la etapa superior criogénica con el motor Vinci originalmente propuesta por Alemania para el Ariane 5 ME.
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Diseño original PPH del Ariane 6 con una primera y segunda etapas de combustible sólido (ESA).
Versión posterior del Ariane 6 propuesta por el CNES francés (CNES).
Versión posterior del Ariane 6 propuesta por el CNES francés (CNES).
Pero el diseño del Ariane 6 ha sido revisado una vez más. Según la configuración actual, el Ariane 6 vendrá en dos sabores, el Ariane 62 y el Ariane 64. Ambas variantes incorporarán dos primeras etapas criogénicas, una primera fase con el motor Vulcain 2 -una versión simplificada del usado en el Ariane 5- y una segunda fase con el Vinci. La única diferencia será el número de aceleradores de combustible sólido, dos para el Ariane 62 y cuatro para el Ariane 64. Los aceleradores P120 estarán basados en la primera etapa del cohete europeo Vega-C (una futura versión de este lanzador), fortaleciendo la relación entre ambos proyectos. El Ariane 62 se centrará en misiones a la órbita baja (LEO) y media (MEO), aunque también podrá situar un único satélite de hasta cinco toneladas en una órbita de transferencia geoestacionaria (GTO). El Ariane 64, con una capacidad para situar once toneladas en GTO, será capaz de lanzar satélites comerciales geoestacionarios de dos en dos (cada uno con una masa de 4,5-5 toneladas), es decir, el mismo sistema usado por el Ariane 5 y que tantas críticas ha recibido en el pasado. El Ariane 6 tendrá una longitud de 63 metros y una etapa criogénica central con un diámetro de 4,6 metros y 149 toneladas de propergoles.
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Versión revisada del Ariane 6 según una propuesta conjunta de Airbus y Safran (bbc.co.uk).
Teniendo en cuenta que el nuevo Ariane 6 ya incorpora las principales tecnologías construidas en Alemania, solo era cuestión de tiempo de que se pusiese en duda la conveniencia de seguir con el Ariane 5 ME. Aunque este vector se ofertaba como una solución de compromiso y de ‘bajo’ coste -su desarrollo no debía superar los mil millones de euros- hasta que estuviese listo el Ariane 6, estaba claro que los fondos para el ME afectarían a los plazos de desarrollo del nuevo lanzador.
Y, como era de esperar, finalmente Alemania ha llegado a un acuerdo con Francia por el que se cancela el Ariane 5 ME. El Ariane 6 será el único lanzador europeo -junto con el Vega- una vez se retire el actual Ariane 5. Cada lanzamiento del Ariane 64 (con unas prestaciones superiores a las del Ariane 5 actual, pero inferiores a las del Ariane 5 ME) saldrá por unos 115 millones de euros, una rebaja sustancial comparado con los 165 millones de euros que cuesta la factura de una misión del Ariane 5. Entre las misiones gubernamentales que usarán el Ariane 64 está la futura sonda espacial JUICE para el estudio de Júpiter y sus lunas.
Cada misión del Ariane 62 (menos potente que el Ariane 5) costará 70-75 millones de euros. Por este motivo, el Ariane 62 sustituirá a los actuales Soyuz-ST, cuyo lanzamiento sale por unos 80 millones de euros. O sea, desde ahora comienza la cuenta atrás para la desaparición de los cohetes rusos en la Guayana Francesa. De hecho, las malas lenguas dicen que los problemas con la última misión de un cohete Soyuz-ST en la que se pusieron en una órbita incorrecta dos satélites Galileo habría favorecido este acuerdo entre Francia y Alemania para impulsar el nuevo Ariane 6 (y, por supuesto, ya hay quien quiere ver una mano negra en todo este asunto). En cualquier caso, el objetivo de la ESA es eliminar los cien millones de euros anuales con los que Europa subsidia a la empresa Arianespace para compensar sus pérdidas, y fomentar la competitividad de los lanzadores europeos frente a otras compañías privadas de reciente creación (léase SpaceX).
Ariane 5 ME (izquierda) y primer diseño del Ariane 6 (derecha) (ESA).
Ariane 5 ME (izquierda) y primer diseño del Ariane 6 (derecha) (ESA).
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Configuración actual del Ariane 6 en la versión Ariane 62 (dos cohetes aceleradores de combustible sólido) (ESA).
El primer despegue de un Ariane 62 se espera que tenga lugar en 2020, mientras que su hermano mayor será lanzado un año más tarde. Para hacer realidad estos planes la ESA se gastará 4300 millones de euros entre 2015 y 2024, una cifra que incluye los costes de la nueva rampa de lanzamiento en Kourou. Francia correrá a cargo del 50% de esta cantidad, mientras que el 20% lo aportará Alemania y el 30% restante estará repartido entre los demás países miembros de la ESA.
Finalmente, el Ariane 6 no tendrá un diseño rompedor y novedoso, sino que se tratará de una especie de versión mejorada y de bajo coste del Ariane 5 actual. Es lo que tiene la política bizantina de la ESA: todo cambia para que al final todo siga igual.

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