Roscosmos no quiere mandar una Soyuz tripulada a la Luna
Hasta siete turistas espaciales han volado a la estación espacial internacional (ISS) en una nave Soyuz gracias a la empresa Space Adventures. Pero en 2007 esta empresa fue más allá y, conjuntamente con la compañía rusa RKK Energía, propuso un plan mucho más ambicioso: misiones turísticas alrededor de la Luna a bordo de una Soyuz. Hasta ahora la propuesta se había quedado en eso, una simple propuesta. Pero el pasado mayo Space Adventures declaró que había encontrado dos ‘inversores’ dispuestos a depositar los 150 millones de dólares por cabeza que cuesta una misión de este tipo. A raíz del anuncio muchos medios se hicieron eco de la posibilidad de ver una Soyuz tripulada viajando a la Luna en 2017 o 2018. Desgraciadamente, la agencia espacial rusa Roscosmos acaba de echar un jarro de agua fría a la iniciativa de Space Adventures por boca de Denis Lyskov (encargado de los vuelos tripulados en Roscosmos), señalando explícitamente que no tiene ningún interés en apoyar una misión de este tipo.
Evidentemente, el perfil de misión es idéntico al programa soviético Zond/7K-L1 de los años 60 que tenía como objetivo mandar una nave 7K-L1 -básicamente una Soyuz 7K-OK sin módulo orbital- con dos cosmonautas alrededor de la Luna (de hecho, las misiones Zond también emplearon la etapa Blok-D para alcanzar la velocidad de escape). La diferencia fundamental entre el plan de Space Adventures -apodado Soyuz-L- y el programa soviético L1 es que para los vuelos turísticos se necesitarían dos lanzamientos separados en vez de uno solo. De esta forma sería posible enviar una Soyuz ‘entera’ hacia la Luna y no una versión simplificada como era la 7K-L1. Además, la adición del módulo de misión acoplado a la etapa Blok-DM serviría para ampliar el reducido espacio vital de la tripulación.
Pero el plan de Space Adventures presentaba un problema, y es la necesidad de modificar la actual Soyuz TMA y la etapa Blok-DM de cara a una misión cislunar. Aunque las Zond volaron varias veces alrededor de nuestro satélite -desgraciadamente sin tripulación-, las Soyuz de hoy en día no reúnen esas características que permitían un viaje lunar. La modificación más importante consistiría en reforzar el escudo térmico de ablación para soportar reentradas a 11 km/s (aumentando la masa de la nave en unos 300 kg), aunque también sería necesario reformar el sistema de soporte vital (la Soyuz TMA solamente puede mantener viva a su tripulación durante cuatro días) y, especialmente, el sistema de comunicaciones. Bien es cierto que estas últimas modificaciones podrían incorporarse en el módulo de misión, por lo que no habría que rediseñar la Soyuz TMA en exceso.
Sea como sea, Roscosmos considera que estos cambios son demasiado complejos y que requerirían una enorme inversión de tiempo y dinero que repercutirían negativamente en el desarrollo de la nueva nave tripulada rusa PTK-NP, también a cargo de RKK Energía. Esta empresa está introduciendo gradualmente varios cambios en la Soyuz TMA que culminarán en la versión Soyuz MS, cuyo primer vuelo está previsto para 2016. Sin embargo, Roscosmos no quiere que RKK Energía se desvíe de la PTK-NP y ha insistido en que la última modificación de la Soyuz sea la versión Soyuz-MS. Por si fuera poco, la nueva empresa aeroespacial ORKK, de la que RKK Energía formará parte, ya ha dejado claro que no está a favor de los vuelos turísticos a la Luna. En todo caso, debería ser la versión lunar de la PTK-NP la primera nave tripulada rusa en llevar a cabo semejante misión durante la próxima década.
Por supuesto, el rechazo de Roscosmos no significa necesariamente que haya que olvidarse de una misión alrededor de la Luna. Siempre es posible que Space Adventures llegue a algún tipo de acuerdo -económico, se entiende- con la agencia espacial para que dé luz verde al proyecto. Puede ser, pero por ahora parece que voy a tener que gastarme mis 150 millones de dólares en otra cosa.
Comentarios
Publicar un comentario