El nuevo diseño del Ariane 6
El Ariane 6 será el nuevo lanzador espacial europeo. Aunque más pequeño que el Ariane 5, en teoría será más barato y flexible. La agencia espacial europea (ESA) aprobó su desarrollo en noviembre de 2013 y en julio de 2014 presentó su diseño preliminar. De acuerdo con este diseño, el Ariane 6 será un cohete formado por cuatro bloques de combustible sólido que constituyen su primera y segunda etapa, además de una etapa superior criogénica. De este modo, Francia se salía con la suya al imponer su modelo de vector.
El Ariane 6 tendrá un tamaño inferior al del Ariane 5 con el fin de buscar una flexibilidad de la que adolece su hermano mayor. Y es que el Ariane 5, capaz de poner en órbita geoestacionaria (GEO) 9,6 toneladas, debe lanzar los satélites de dos en dos para aprovechar cada lanzamiento. Teniendo en cuenta la masa de la mayoría de satélites comerciales actuales, esto implica lanzar un satélite grande con otro de mediano tamaño. Como resultado, planificar la campaña de lanzamientos del Ariane 5 es una auténtica pesadilla y es común que los satélites ‘bailen’ de misión en misión hasta encontrar el compañero más adecuado. No es de extrañar por tanto que Arianespace haya perdido varios contratos al no encontrar un satélite acompañante idóneo.
El Ariane 6 podrá poner solamente 6,5 toneladas en órbita geoestacionaria y lanzará los satélites de uno en uno. El mayor número de misiones requerido para lanzar un determinado número de satélites se debería compensar con la mayor flexibilidad en las operaciones y un diseño barato basado en cohetes de combustible sólido. Naturalmente, existe otra opción para mejorar el Ariane 5, que no es otra que incrementar su capacidad de carga para que pueda lanzar dos satélites de cualquier tamaño sin limitaciones de masa. Esa era la opción favorita de Alemania y por este motivo la ESA también ha aprobado el desarrollo del Ariane 5 ME que podrá poner hasta 11 toneladas en GEO.
Pero el caso es que las supuestas bondades del Ariane 6 han dejado indiferentes a muchos clientes potenciales y a la industria aeroespacial europea. Una de las críticas más extendidas al diseño del Ariane 6 (conocido como PPH, ‘P’ por poudre, del polvo del combustible sólido, y ‘H’ por hidrógeno de la etapa superior criogénica) es que, paradójicamente, carece de flexibilidad al existir una única versión para todos los tipos de cargas útiles. El resultado es que las empresas Airbus y Safran han presentado un diseño alternativo para el Ariane 6 que, según ellos, se adapta mejor a las necesidades europeas.
El nuevo Ariane 6 de Airbus y Safran ya ha sido apodado el mini-Ariane 5. El motivo es evidente y basta con echar un vistazo al nuevo diseño. En vez de la primera y segunda etapas de combustible sólido del diseño PPH, el nuevo Ariane 6 estaría formado por un núcleo de propulsión criogénica con un motor Vulcain 2 -versión simplificada del Vulcain del Ariane 5- y dos cohetes de combustible sólido P145 a cada lado. La segunda etapa del nuevo cohete, criogénica, usaría el motor Vinci de forma similar a la tercera etapa del diseño PPH. Este nuevo Ariane 6 podría poner en órbita geoestacionaria 8,5 toneladas, o sea, casi lo mismo que el Ariane 5 actual. Las similitudes no terminan ahí, ya que también será capaz de realizar lanzamientos dobles de satélites de cuatro toneladas, una necesidad dictada por la aparición de la nueva generación de satélites eléctricos.
Además de la versión con la etapa Vinci, denominada por Airbus y Safran como ‘Ariane 6.1′, existiría una variante llamada Ariane 6.2 para misiones a la órbita baja heliosíncrona dotada de una etapa superior Aestus. Este nuevo Ariane 6 compartiría los mismos elementos principales de diseño con el Ariane 5 ME, así que mantener los dos vectores operativos ya no supondría tantos quebraderos de cabeza como antes. Es más, el Ariane 6 se convertiría casi con toda seguridad en el sucesor del Ariane 5 y de hecho usaría su misma rampa de lanzamiento. El diseño original PPH del Ariane 6 constituye una auténtica competencia interna -o más bien, ‘francesa’- al Ariane 5 ME, de tal forma que muchos analistas dudan que ambos lanzadores puedan sobrevivir en el mercado actual. Con el nuevo diseño, los contratistas actuales del Ariane 5 y del Ariane 5 ME se aseguran de que van a tener trabajo incluso si estos vectores son reemplazados por el Ariane 6. Curiosamente, el Ariane 6.2 se convertiría en la competencia directa al actual Soyuz-ST, también ofertado por Arianespace. Habrá que ver qué piensan los rusos de todo esto.
El nuevo Ariane 6 costaría unos 100 millones de euros por lanzamiento, frente a los 70 millones del anterior diseño PPH o los 150 millones del Ariane 5 actual, aunque hay que tener en cuenta que estas cifras son por ahora simple matemática ficción. No es de extrañar que la propuesta de Airbus y Safran se parezca mucho a los diseños que se barajaron antes de que el CNES francés diese un puñetazo contra la mesa y el Ariane 6 fuese aprobado. Ahora sin embargo todo está en el aire, al menos, hasta la próxima reunión del consejo de ministros de la ESA de diciembre. La decisión final sobre el Ariane 6 implicará sobre todo alcanzar el consenso de todas las partes, así que la política y los compromisos estratégicos jugarán un papel más relevante que las cuestiones técnicas. Si hemos de adivinar el desenlace de este culebrón juzgando el comportamiento pasado de los países miembros de la ESA en el pasado, algo me dice que la opción más conservadora será la preferida. O sea, que Airbus y Safran tienen todas las de ganar.
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