Usando la Red Dragon de SpaceX para traer muestras de Marte en 2022
Traer un trozo de la superficie de Marte es una prioridad para la comunidad científica internacional. La NASA no tiene dinero para desarrollar esta misión, aunque en 2020 mandará un rover para buscar evidencias pasadas o presentes de vida en el planeta rojo. Pero, ¿y si se pudieran abaratar los costes de una misión MSR (Mars Sample Return)? Un grupo de trabajo del Centro Ames de la NASA cree haber encontrado la solución: usar la nave Red Dragon de SpaceX.
Red Dragon es una propuesta de SpaceX de 2011 para usar la futura cápsula Dragon tripulada en un viaje a Marte. La versión tripulada de la Dragon tendrá un sistema de aterrizaje mediante cohetes SuperDraco que podría usarse para mandar al planeta rojo una cápsula de 7200 kg. Los cohetes SuperDraco permitirían un aterrizaje a 2,4 m/s sin necesidad de usar paracaídas. A pesar de lo que se puede ver en algunos medios, la Red Dragon sería una nave no tripulada y no fue concebida para llevar astronautas.
Red Dragon podría de transportar entre una y dos toneladas de carga útil hasta la superficie, así que, ¿por qué no usar esta masa para un sistema de recogida de muestras? El concepto de misión del Centro Ames prevé dos lanzamientos del Falcon Heavy (el único cohete junto con el SLS que podría lanzar la Red Dragon a Marte). El primer lanzamiento tendría lugar en 2022 para poner en la superficie marciana una Red Dragon, llevando en su interior un taladro para recoger muestras del suelo de Marte situadas a más de dos metros de profundidad, es decir, donde las posibles sustancias orgánicas marcianas no se vean afectadas por la radiación o a las sustancias químicas de la superficie. Estas muestras serían situadas en un pequeño contenedor situado en el extremo de un cohete denominado, como en el resto de propuestas MSR, MAV (Mars Ascent Vehicle). El MAV, instalado dentro de la Dragon, despegaría con las muestras y pondría rumbo a la Tierra. Otra opción sería recoger las muestras directamente del rover de 2020 o incluso mandar un robot más pequeño del tamaño de los MER para buscarlas.
A diferencia de otras propuestas MSR, en las que la cápsula con las muestras marcianas entra directamente en la atmósfera terrestre, en este caso la parte superior del MAV bautizada como ERV (Earth Return Vehicle) se situaría en una órbita altamente elíptica alrededor de nuestro planeta. Un segundo Falcon Heavy despegaría entonces con otra Dragon que se acoplaría con el ERV y traería las muestras a la Tierra. Este complejo sistema con dos lanzamientos se ha introducido para no violar los estrictos protocolos de contaminación de nuestro planeta por microorganismos de otros mundos, aunque lo más eficiente desde el punto de vista energético y del presupuesto es permitir que la cápsula entre directamente. De todas formas, a mí no me ha quedado nada clara esta parte de la arquitectura. Habrá que esperar a ver los detalles del informe final.
El futuro de esta misión depende de dos factores. Primero, depende de que el Falcon Heavy y el sistema de aterrizaje de la Dragon funcionen adecuadamente y estén listos para una misión a Marte en 2022. Y segundo, y más importante, depende de que la NASA tenga el dinero para financiar algo así. Por ahora no es más que una simple propuesta que está muy, pero que muy verde.
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