La NASA quiere lanzar una misión de bajo coste a Europa… pero, ¿cómo?
Europa, la luna de Júpiter, está pidiendo a gritos una misión espacial. Este pequeño mundo es, junto a Marte, uno de los lugares del Sistema Solar más fascinantes gracias a que posee un hipotético océano bajo la corteza exterior de hielo. La NASA quiere ahoraaprobar una misión de bajo coste a Europa con un precio inferior a los mil millones de dólares. ¿Puede hacerse? Nadie lo sabe. El caso es que la agencia espacial lleva tres décadas proponiendo misiones a Europa, pero ninguna ha salido adelante. ¿Por qué? Pues principalmente por falta de presupuesto y visión política, pero también por culpa de diversos motivos técnicos.
Y es que viajar a Europa es difícil. Primero tenemos que alcanzar Júpiter, lo que en sí mismo no es moco de pavo con la flota de lanzadores que tenemos hoy en día. Si la sonda tiene una masa muy elevada, necesitaremos maniobras de asistencia gravitatoria para llegar al gigante gaseoso, maniobras que pueden alargar el viaje hasta casi cinco años. Segundo deberemos entrar en órbita de Júpiter, obviamente, lo que implica que parte de la masa útil de la sonda deberá consistir en combustible para esta maniobra sí o sí (en teoría se podría usar una maniobra de aerocaptura como la nave Alexéi Leónov de la novela 2010, pero la tecnología no está madura).
Tercero, tenemos el espinoso asunto de radiación. Aunque las dosis de radiación en las inmediaciones de Europa son muy inferiores a las que existen cerca de Ío, los niveles siguen siendo mortales de necesidad para la electrónica de una nave. Podemos blindar la sonda, pero claro, volvemos a encontrarnos con el problema de la masa. Por lo tanto, una misión a Europa solamente podría funcionar durante unos pocos meses cerca de este satélite antes de fallar irremisiblemente. Y, por último, si lo que queremos es estudiar en detalle Europa necesitamos entrar en órbita alrededor de esta luna, sacrificando más masa útil en forma de combustible.
Como resultado de todos estos impedimentos, una sonda a Europa como Carl Sagan manda debería tener un precio cercano a los tres mil millones de dólares. O sea, una misión de tipo Flagship -las más caras- según la clasificación de la NASA. De hecho, la propuesta JEO (Jupiter Europa Orbiter) de hace un lustro se acercaba a los cuatro mil millones (!). Pero el caso es que no hay dinero. Las sucesivas administraciones en la Casa Blanca se han pasado la pelota unas a otras para evitar tener que tomar una decisión sobre esta misión, pero la comunidad científica internacional ha sido tajante: Europa debe ser explorada.
Como fruto del consenso entre la NASA y la comunidad científica hace dos años se propuso la misión Europa Clipper. Con un coste estimado de 2100 millones de dólares, Europa Clipper estudiaría esta enigmática luna realizando 45 sobrevuelos cercanos. Efectivamente, para rebajar el precio de la factura, Europa Clipper no se pondrá en órbita alrededor de Europa, un sacrificio que la comunidad científica está dispuesta a hacer para ver esta misión hecha realidad. Y no, las reservas de plutonio 238 no son un problema para una misión a Europa. Hace tiempo que la NASA guarda Pu-238 de sobra para una misión de este tipo e incluso se ha estudiado la posibilidad de dotar a Europa Clipper con paneles solares por si hiciera falta.
Y aquí estábamos esperando que la NASA aprobase de una vez por todas la misión Europa Clipper cuando, de repente, el administrador de la NASA Charlie Bolden ha dado el campanazo. En una reciente discusión pública sobre el presupuesto de la NASA de 2015, Bolden ha asegurado que una misión a Europa no debería superar los mil millones de dólares. Las caras de incredulidad entre los científicos han sido la constante desde entonces. De confirmarse, esta cifra tira por la borda el diseño de Europa Clipper. Una misión de mil millones de dólares debería ser por fuerza una sonda de tipo New Frontiers, más simple y barata. Estas recientes declaraciones de Bolden confirman los peores rumores que surgieron en diciembre del año pasado cuando anunció con la boca pequeña que la NASA no contemplaba la aprobación de ninguna misión Flagshio adicional en los próximos años.
La pregunta del millón (o de los mil millones en este caso) es si puede hacerse. La misión Juno a Júpiter ha salido por unos 1100 millones de dólares, así que uno podría pensar que sí, que es posible. Evidentemente, técnicamente es factible, pero no basta con enviar un cacharro cualquiera a Europa. La sonda debe poseer instrumentos avanzados para explorarla, lo que aumenta su masa útil y su precio. Juno es una sonda tan barata gracias a que su instrumentación es increíblemente escasa y simple y porque además evita las mayores dosis de radiación gracias al empleo de órbitas polares, características que no pueden aplicarse a una misión a Europa.
Una opción sería mandar una sonda que se limite a explorar de primera mano losgéiseres de agua recientemente descubiertos en Europa. Si se confirma su existencia, estos chorros serían un atajo para analizar el océano interior de la Luna de forma similar a la propuesta JET para la exploración de Encélado. Puesto que JET es una misión de tipo Discovery -aún más barata- está claro que se podría adaptar sin problemas para Europa. Naturalmente, el problema es que debemos confirmar la presencia de estos géiseres antes de diseñar nada.
De aprobarse la propuesta de Bolden, el presupuesto de la NASA para 2015 reservará 15 millones de dólares para iniciar los estudios de esta nueva misión, que despegaría a mediados de la próxima década. Puede parecer poco y tarde, y lo es, pero no olvidemos que sería la primera vez que la administración Obama aprobase formalmente una sonda a Europa (Europa Clipper sólo se ha financiado a nivel de estudio conceptual).
Otra cuestión más profunda es si estamos seguros de que queremos hacer esto. ¿De verdad queremos malgastar la única oportunidad que va a tener nuestra generación de explorar detalladamente Europa en una sonda de bajo coste que dejará muchas preguntas sin responder? Al menos siempre nos quedará JUICE.
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