¿Una nueva estación espacial entre Rusia, India y China?
Corren tiempos cruciales para el futuro del programa espacial tripulado ruso. Rusia seguirá participando en la estación espacial internacional (ISS) hasta 2020, pero todo indica que a partir de esa fecha se retirará del proyecto dado el actual panorama internacional de enfrentamiento con EEUU y la UE. El problema es entonces qué hacer con el programa espacial tripulado durante la próxima década. Hasta hace poco los planes pasaban por construir un superlanzador para realizar misiones en la órbita lunar y/o desarrollar una estación espacial exclusivamente rusa. Pero la crisis económica que azota el país ha obligado a replantearse estos ambiciosos planes. ¿Una posible solución? Construir una estación espacial conjuntamente con China e India.
No es la primera vez que se plantea la posibilidad de realizar misiones tripuladas conjuntas con China, ya que en los últimos meses hemos podido ver un cierto acercamiento entre los programas espaciales de ambos países. Sin embargo, sí es la primera vez que se introduce a India en la ecuación. Y es que se rumorea que Rusia podría invitar a India y a China a participar en la construcción de una estación espacial en la próxima reunión de los países BRICS (Brasil, Rusia, India y China) que tendrá lugar en la ciudad rusa de Ufa el próximo julio. La posible participación de la India cambia significativamente el juego, pero antes de nada convendría valorar en qué podría contribuir cada país a un hipotético laboratorio orbital.
De los tres países Rusia es la potencia espacial más consolidada y cuenta con una enorme experiencia en la operación de estaciones espaciales y lanzamientos de naves tripuladas. Rusia podría participar en esta estación espacial BRICS con los módulos originalmente planeados para el segmento ruso de la ISS y que también hubieran sido los elementos de la estación espacial totalmente rusa PPOI (o VSR). Recordemos que la PPOI (Perspektivnaia Pilotiruemaia Orbitalnaia Infrastruktura, ‘Infraestructura Orbital Tripulada del Futuro’) -antes conocida como OPSEK- es un proyecto de estación espacial formada por módulos rusos que se separarían de la actual ISS, mientras que la VSR (Rossiskaia Visokoshirotnaia Stantsia, ‘estación rusa de alta latitud’) es una alternativa que surgió el año pasado a raíz de las repercusiones del conflicto en Ucrania consistente en los mismos módulos que la PPOI, pero lanzados directamente en otra órbita distinta a la de la ISS (en un plano con una inclinación de 64,8º en vez de los 51,6º de la ISS).
Tanto la PPOI como la VSR estarían formadas por seis módulos: el módulo Nauka (MLM) de 20 toneladas, el módulo nodo Prichal (UM) con seis puntos de atraque, un módulo inflable de RKK Energía, la plataforma de experimentos en microgravedad semiautónoma OKA-T, el módulo energético NEM y un pequeño módulo esclusa similar a los módulos Pirs o Poisk de la ISS. La estación se mantendría gracias a las visitas de las naves de carga Progress y las naves tripuladas Soyuz y PTK-NP. Tendría una masa total de 61 toneladas y un volumen presurizado de 310 metros cúbicos, además de paneles solares capaces de generar 13 kW (como comparación la Mir tenía una masa de 130 toneladas y un volumen de 350 metros cúbicos, mientras que la ISS tiene 450 toneladas y 916 metros cúbicos). Solo los módulos Nauka y NEM serían lanzados por cohetes Protón, mientras que el resto usarían lanzadores Soyuz (de hecho, la empresa Energía está estudiando la posibilidad de desarrollar una especie de NEM 2.0 de pequeño tamaño que también usaría un Soyuz).
Por su parte, China posee una experiencia en vuelos tripulados más limitada, pero está aprendiendo muy rápidamente. Con unos niveles de inversión que son la envidia del programa espacial ruso, a finales de esta década China planea ponerse al mismo nivel que Rusia y adelantarla sin complejos con la puesta en servicio de su estación espacial Tiangong de 60 toneladas, formada por tres módulos de 20 toneladas que serán lanzados por el nuevo cohete Larga Marcha CZ-5. Esta futura estación será visitada por naves tripuladas Shenzhou y naves de carga Tianzhou de 13 toneladas (lanzadas por cohetes CZ-7).
India es de los tres el país con el programa espacial más modesto, pero no por ello deja de tener visión de futuro. Aunque carece de un lanzador de potencia media como el CZ-5 chino o los rusos Protón y Angará A5, el año pasado puso en servicio el cohete GSLV Mk-3 y sigue adelante con su programa tripulado. India quiere desarrollar una cápsula espacial tripulada con capacidad para dos personas más allá de 2020, pero por el momento carece de objetivos más allá de enviar astronautas a la órbita terrestre baja durante unos pocos días.
Es por eso que la participación de India sería muy interesante para Rusia. La colaboración con China en una estación espacial plantea casi más problemas que ventajas para Rusia. El poderío económico y tecnológico chino amenaza con devorar a Rusia, quien sin duda sería el socio más débil del proyecto. No obstante, India y Rusia juntas sí podrían sacar adelante una estación conjunta en una relación más igualitaria. Como hemos visto, Rusia tiene un proyecto tangible de estación espacial propia, pero se halla limitado por un problema de falta de financiación crónica. La colaboración con la India sería capaz de hacer realidad una estación basada en la PPOI/VSR sin mucho esfuerzo y, de paso, India tendría así un destino claro para su nueva cápsula tripulada.
El desafío consiste en hacer colaborar a India y a China, rivales tradicionales en Asia. Últimamente las dos naciones se han acercado significativamente, pero está por ver si estarían dispuestos a cooperar en un programa tan ambicioso en el que además China posee una clara ventaja frente a India. Quizás la mediación rusa pueda ayudar, pero evidentemente queda mucho camino por recorrer. Por otro lado, Rusia podría utilizar a India para presionar a China a llevar a cabo proyectos espaciales conjuntos en pie de igualdad, algo así como “o colaboras conmigo o me voy con tu rival”. Eso no cambia que China sea, de las tres, la única nación capaz de construir una estación espacial de forma independiente. Mientras tanto, Rusia se enfrenta a la liquidación de su agencia espacial y a una reestructuración sin precedenres de su sector espacial. Con tantos obstáculos de por medio, ¿veremos algún día una estación BRICS formada por módulos rusos, chinos y rusos?
Comentarios
Publicar un comentario