La superficie de Venus como nunca la has visto
Contempla detenidamente esta imagen:
Si no fuera por el extraño color, uno diría que se trata de un paisaje volcánico cualquiera de los muchos que abundan en la Tierra. Pero no. La foto no ha sido tomada en nuestro planeta, sino en Beta Regio, Venus. Y hace ya casi cuarenta años cortesía de la sonda soviética Venera 9. De hecho, fue la primera fotografía tomada por un artefacto humano desde la superficie de otro planeta.
Puede que te estés preguntando de dónde sale esta imagen, ya que las Venera se caracterizaron por tomar fotografías con un curioso y original formato en ‘U’ en el que apenas se veía el horizonte venusino. La respuesta es que la foto ha sido procesada para que aparente ser una imagen ‘normal’ y, de paso, se le ha añadido color (las imágenes de las Venera originales eran en blanco y negro). El genio tras esta ‘restauración espacial’ es Ted Stryk, quien lleva varios años ‘resucitando’ antiguas fotografías de misiones soviéticas usando técnicas de procesado de imágenes modernas. Y si te ha llamado la atención el paisaje de la Venera 9, aquí puedes disfrutar el capturado por la Venera 10 en el que podemos ver una suave planicie volcánica con pocas rocas:
La Venera 9 (4V-1 nº 660) despegó el 8 de junio de 1975 desde Baikonur mediante un cohete Protón-K. Se trataba de la primera sonda construida por la oficina de diseño NPO Lávochkin de una nueva familia de vehículos que aprovechaba la gran capacidad de carga del Protón. Con casi cinco toneladas al lanzamiento, la serie 4V-1 era casi cinco veces más pesada que las anteriores sondas venusinas. Estaba formada por un vehículo de aterrizaje de 1560 kg y un orbitador basado en el diseño de las malogradas sondas marcianas M71. La Venera 9 había sido diseñada con un único objetivo en mente: fotografiar la superficie de Venus. El 22 de octubre la Venera 9 se sitúo en órbita de Venus (era el primer artefacto humano que logró alcanzar la órbita del gemelo de la Tierra) gracias a su motor KTDU-425A. Ese mismo día a las 3:58 UTC la cápsula esférica con la sonda de aterrizaje penetraba en la densa atmósfera de Venus a 10,7 km/s tras haberse separado del orbitador dos días antes. La cápsula medía 2,4 metros de diámetro y había sido construida para resistir deceleraciones de hasta 180 g durante la reentrada. Esto puede parecer una barbaridad, hasta que recordamos que las anteriores sondas Venera habían sido diseñadas para aguantar hasta 450 g (!).
El vehículo de aterrizaje incluía dos paracaídas de frenado , además de tres paracaídas principales que se abrían a 63 kilómetros de altura. A 55 kilómetros de altura los paracaídas se soltaban y la sonda descendía a través de la densa atmósfera de Venus. De hecho, la atmósfera es tan densa que la Venera 9 sólo necesitaba un disco de frenado de 2,1 metros de diámetro para controlar su caída hacia la superficie. La Venera 9 aterrizó a las 5:13 UTC a una velocidad de entre 25 y 28 km/h. La sonda transmitió 53 minutos hasta que el orbitador se puso por el horizonte local. Nunca sabremos cuánto tiempo logró sobrevivir a las duras condiciones de Venus, pero difícilmente pudo ser mucho más. Desgraciadamente, una de las dos cámaras se negó a funcionar, pero la otra logró transmitir el tan esperado panorama de 180º y de 138 x 512 píxels. La iluminación se correspondía con la de un día nublado (en Venus está siempre nublado) y soplaba una ‘suave’ brisa de menos de 1 km/h. Con una presión de unas 90 atmósferas, el horizonte aparecía distorsionad e inusualmente cercano por culpa de la fuerte refracción. La visión del horizonte fue una auténtica sorpresa para los científicos de la misión, que esperaban una atmósfera turbia al nivel de la superficie.
La sonda de aterrizaje estaba formada básicamente por un contenedor esférico de titanio capaz de soportar las tremendas temperaturas y presiones de la superficie de Venus. Para entonces las misiones Venera anteriores ya habían determinado que Venus era un auténtico infierno con una temperatura cercana a los 500º C (la Venera 9 midió 455º C). La cámara fotómetro de la sonda de aterrizaje de la Venera 9 era similar a las empleadas en las dos sondas de aterrizaje de la malograda misión M71 (Mars 2 y Mars 3). La Venera 9 llevaba dos de estas cámaras de 5,8 kg cada una
La Venera 10 fue lanzada poco después que su hermana siguiendo la estrategia soviética de lanzar las sondas planetarias de dos en dos para aprovechar las ventanas de lanzamiento. El 25 de octubre de 1975 a las 02:17 UTC aterrizaba sobre una planicie basáltica, también en la zona de Beta Regio. Transmitió 65 minutos antes de que el orbitador perdiese su señal al ponerse por el horizonte. Curiosamente, una de las dos cámaras de la Venera 10 también decidió no funcionar y sólo disponemos de otro panorama de 180º.
Las Venera 9 y 10 no serían las últimas en transmitir imágenes desde la superficie de Venus -las Venera 13 y 14 repetirían la hazaña (las cámaras de las Venera 11 y 12 no funcionaron)-, pero desde los años 80 ningún ingenio humano ha vuelto a intentar explorar la inhóspita superficie de nuestro planeta vecino. Ya es hora de que alguien tome el relevo.
Fascinante
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