Todo listo para el Angará, el nuevo cohete ruso
Nadie dijo que diseñar un cohete nuevo sea una tarea fácil, pero el lanzador ruso Angará ha superado todos los récords de retrasos a la hora de poner a punto un nuevo sistema espacial. Sin embargo, tras más de una década de aplazamientos parece que por fin vamos a poder ver al nuevo cohete en acción. El próximo 25 de junio debe despegar el primer ejemplar de la familia Angará, el Angará 1.2PP, desde la rampa número 1 del Área 35 del cosmódromo de Plesetsk. Y si todo va bien, en diciembre de este año veremos también el primer lanzamiento de la versión pesada, el Angará A5 (aunque yo no aguantaría la respiración hasta entonces).
El Angará 1.2PP (‘PP’ viene de Pervi Poliot, o sea, ‘primer vuelo’) es un vehículo de prueba que realizará una misión suborbital y por tanto no llevará ninguna carga útil. En noviembre de 2013 y en febrero de este año se trasladó por primera vez a la rampa de Plesetsk un modelo técnico del cohete denominado NZh (14A125 2A1S) destinado a verificar las instalaciones de tierra (carga de combustible, conexiones eléctricas y neumáticas, telemetría, etc). En mayo de 2013 se mandó a Plesetsk el ejemplar de vuelo del Angará 1.2PP y el 25 de marzo de este año se trasladó a la rampa para comprobar las conexiones eléctricas.
Recordemos que la familia Angará ha sido desarrollada por la empresa Khríunichev con un diseño modular y cada versión tiene un número distinto de núcleos propulsivos denominados URM (‘módulos cohetes universales’). Por ejemplo, la versión más pequeña, el Angará 1.2, dispone de una primera etapa formada por un URM-1 y una segunda etapa denominada URM-2. Todos los módulos URM emplean queroseno y oxígeno líquido. El URM-1 usa el motor RD-191 de NPO Energomash, una versión de una sola cámara de combustión del RD-180. El URM-2 emplea un motor RD-0124A, usado actualmente en la tercera etapa del Soyuz-2-1B y Soyuz-STB. Para el Angará 1.2PP no se usará un URM-2 estándar, sino uno simplificado para la ocasión.
El Angará 1.2 es un pequeño vector capaz de situar 3,7 toneladas en una órbita baja de 200 kilómetros de altura y 63,1º de inclinación lanzado desde Plesetsk y su misión es sustituir a los cohetes Dnepr y Rokot (además del retirado Tsiklon), todos ellos derivados de misiles intercontinentales (la versión Angará 1.1, que debía usar una segunda etapa Briz-KM en vez de un URM-2, fue cancelada hace unos años).
Por contra el Angará A5 es un lanzador pesado dispondrá de cinco bloques URM-1. Los cuatro bloques laterales formarán la primera etapa, mientras que el URM-1 central formará la segunda etapa, por lo que la tercera fase será un URM-2. El Angará A5 tendrá además una etapa superior Briz-M -usada actualmente con el Protón-M- para lanzamientos a la órbita geoestacionaria, aunque en el futuro -no antes de 2020- se espera sustituirlas por la etapa superior criogénica -hidrógeno y oxígeno líquidos- KVTK. Lanzado desde Plesetsk, el Angará A5 podrá situar 5,4 toneladas en una órbita de transferencia geoestacionaria (GTO), más o menos lo mismo que las primeras versiones del Protón-M lanzado desde Baikonur, pero inferior a las 6,2 toneladas que puede situar actualmente en GTO el Protón-M Phase III. Lanzado desde el futuro cosmódromo de Vostochni el Angará A5 podrá poner unas 24,5 toneladas en órbita baja (LEO), 6,4 toneladas en GTO usando la Briz-M o 8,1 toneladas con la etapa criogénica KVTK.
Otras versiones de la familia Angará son el Angará A3, con tres bloques URM-1 y capaz de situar 14 toneladas en LEO, y el lanzador pesado Angará A7, con… sí, lo han adivinado, siete URM-1 y que podría situar unas 35 toneladas en órbita baja. No obstante, estas dos versiones no han sido aprobadas por el gobierno ruso y no se espera que lo sean en un futuro cercano. Durante los próximos años el Angará realizará sus primeros vuelos desde la rampa del Área 35 Plesetsk, construida originalmente para el cohete Zenit-2. Tras la caída de la URSS la rampa fue abandonada después de que el ministerio de defensa ruso decidiese no usar el Zenit para misiones militares debido a su origen ucraniano. Dentro de unos años se construirá una segunda rampa para el Angará en Vostochni (371SK32), compatible con las versiones 1.2 y A5, además del Angará A5P, una variante destinada a poner en órbita la futura nave tripulada rusa, la PTK-NP. Más adelante se construirá una rampa adicional en Vostochni.
El proyecto Angará nació en 1992 con el fin de dotar a Rusia de un cohete versátil y moderno formado por componentes 100% rusos y con combustibles no tóxicos. Los promotores del proyecto fueron los militares, deseosos de eliminar la dependencia de lanzadores construidos conjuntamente con otros países. En 1993 la empresa Khrúnichev, fabricante del cohete Protón, ganó el concurso estatal organizado para elegir el contratista principal del proyecto, un concurso en el que también participaron las empresas RKK Energía -fabricante de las naves Soyuz- y KB Makeyev -constructora de misiles para submarinos-. En 1995 el presidente Yeltsin aprobó el desarrollo del Angará y en el periodo 1996-1997 se concretó su diseño final. En principio el Angará debía contar con un curioso diseño formado por tanques de combustibles externos y desechables, además de emplear en su primera etapa un RD-174, una variante del RD-171 usada en el Zenit. Pero finalmente se optó por el diseño modular a base de URM que conocemos hoy en día y que paradójicamente era muy parecido a la propuesta original de RKK Energía.
Lamentablemente, el proyecto nunca recibió la financiación necesaria para ser completado. La propia empresa Khrúnichev no tenía ningún incentivo en su desarrollo cuando ya contaba con cohetes competitivos en el mercado internacional tales como el Rokot y el Protón-M. Los militares, principales valedores del proyecto, tampoco lo veían como una prioridad mientras contasen con suficientes reservas de lanzadores Rokot (no olvidemos además que el principal lanzador espacial en Plesetsk para cargas militares sigue siendo el Soyuz). Por si fuera poco, el proyecto Baiterek, que pretendía lanzar el Angará A5 desde Baikonur conjuntamente con Kazajistán, se fue a pique. En definitiva, el programa Angará podría haber terminado perfectamente en el olvido, pero tres factores contribuyeron a su reactivación a finales de la década pasada. Por un lado, la mejora de la economía rusa permitió que el ministerio de defensa destinase al fin los fondos necesarios para terminar las obras de la rampa de Plesetsk. Por otro lado, Khrúnichev colaboró con Corea del Sur en el desarrollo de su cohete Naro, que básicamente es un Angará 1.2 con una etapa superior de fabricación coreana y un URM-1 dotado de un motor RD-151 en vez de un RD-191 (el RD-151 es una versión de exportación del RD-191 con un empuje menor, 1639 kN frente a 2090 kN).
No cabe duda de que el desarrollo del Naro le ha dado a Khrúnichev una experiencia enorme de cara a la puesta en servicio del Angará en Rusia. Por último, el empeño del Kremlin en construir el cosmódromo de Vostochni a cualquier precio ha sido clave para sacar adelante el proyecto. La reciente cancelación del cohete Rus-M de la empresa TsSKB Progress a favor del Angará por parte de Roscosmos terminó de allanar el último obstáculo que le quedaba.
Pese a todo, el Angará tiene aún un largo camino por delante. Hasta que su rampa de Vostochni no esté disponible -algo que no ocurrirá antes de 2018 como muy pronto- el Angará no podrá competir favorablemente con el Protón. En cualquier caso, el gobierno ruso ha decidido que el Angará es una prioridad nacional, así que más tarde o temprano debería levantar el vuelo de forma rutinaria. Ya es hora.
Vídeo sobre el programa Angará:
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