La duración del día en Beta Pictoris b
Ya sabemos lo que dura un día en un planeta fuera del Sistema Solar. Los astrónomos del Observatorio Austral Europeo (ESO) han determinado el periodo de rotación de Beta Pictoris b usando espectroscopía de alta resolución con el gran telescopio VLT situado en Chile. Y el resultado es que el planeta gira sobre su eje una vez cada ocho horas. Más rápido que cualquier planeta del Sistema Solar, aunque ciertamente no por mucho, puesto que el día en Júpiter dura unas diez horas.
Beta Pictoris b es un gigante gaseoso muy joven -tiene entre 10 y 20 millones de años el chaval- que aún está en proceso de formación y emite profusamente en el infrarrojo, características que han facilitado esta hazaña observacional. Fue descubierto hace seis años y es uno de los pocos exoplanetas que podemos ver directamente sin métodos indirectos como el tránsito o la velocidad radial. Se encuentra a 63 años luz del la Tierra y gira alrededor de una estrella de tipo A, más grande y caliente que nuestro Sol. Su masa es una incógnita, aunque se estima que debe ser de 7 a 12 veces más masivo que Júpiter (de hecho, si las estimaciones más elevadas de su masa son ciertas, casi sería una enana marrón). No obstante, al observarlo mediante espectroscopía no nos importa su tamaño preciso y somos capaces medir el efecto Doppler que sufren las líneas espectrales para determinar así la velocidad de rotación ecuatorial, que resulta ser de 25 km/s. O sea, unos cien mil kilómetros por hora (!), lo que viene a ser casi el doble que la de Júpiter y unas 50 veces la terrestre.
Esto sí que es una velocidad muy superior a la que podemos encontrar en cualquier planeta del Sistema Solar y concuerda con los modelos que relacionan el periodo de rotación con la masa planetaria. En el Sistema Solar existe una clara correlación entre la velocidad ecuatorial de rotación y masa del planeta, que varía de los 0,24 km/s de Marte hasta los 13,3 km/s de Júpiter. Mercurio y Venus no cumplen esta norma por culpa de acoplamientos de marea con el Sol y puede que algún que otro gran impacto. También la Tierra posee un periodo de rotación anormalmente bajo debido a las presencia de la Luna.
Lo interesante del caso es que, a pesar de que esta relación masa-periodo de rotación nos pueda resultar lógica en virtud del teorema de conservación del momento angular, se trata de una ley empírica. Nadie ha conseguido explicar detalladamente el porqué de esta correlación basándose en los procesos de acreción de planetesimales durante la formación planetaria. Curiosamente, o quizás no, Beta Pictoris b no cumple a rajatabla esta relación si tenemos en cuenta su mayor tamaño y su menor edad. La velocidad de rotación ecuatorial del planeta, aunque elevada, resulta ser ligeramente baja si extrapolamos los datos del Sistema Solar. Esta anomalía puede deberse a que el planeta es aún joven y, por lo tanto, está ‘hinchado’. Quizás al enfriarse y contraerse su velocidad de giro ecuatorial aumentará y entrará dentro de los valores a los que estamos acostumbrados. O puede que se trate de una característica propia de las enanas marrones, con las que quizás comparta más propiedades que con los planetas ‘normales’.
En cualquier caso, las técnicas espectroscópicas usadas por el VLT para determinar el periodo de rotación de Beta Pictoris b son muy potentes y nos permitirán en el futuro cartografiar planetas rocosos con el gran telescopio E-ELT. El que podamos medir la duración del día de un mundo alienígena, aunque sea un planeta gigante en formación, no deja de ser un logro espectacular que arrojará nueva luz para los modelos de formación planetaria.
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