¿Una lanzadera espacial norteamericana en el Ariane 5?
El Ariane 5 es el mayor lanzador europeo y posiblemente el mejor cohete comercial del mundo para lanzamiento de satélites pesados a la órbita geoestacionaria. Y, aunque poca gente se acuerda de este episodio, fue diseñado para poder transportar el pequeño transbordador Hermes (una especie de capricho espacial de los franceses). Pero el Hermes se nos fue por el sumidero de la historia y desde entonces la imagen del Ariane 5 lanzando una nave alada solamente sirve para evocar un futuro que nunca fue. O no, porque la empresa norteamericana Sierra Nevada ha firmado recientemente un acuerdo preliminar con la agencia europea del espacio (ESA) para colaborar en el desarrollo de la lanzadera Dream Chaser y, quizás, lanzar esta nave tripulada con el cohete Ariane 5.
Bueno, para ser sinceros, el texto del acuerdo no dice nada acerca de lanzar una nave espacial tripulada con el Ariane 5, pero debemos leer entre líneas. Según el acuerdo, en una primera etapa la ESA suministraría a Sierra Nevada tecnologías para ayudar a construir esta nave, incluyendo materiales más ligeros para su escudo térmico y el nuevo sistema de acoplamiento IBDM (International Berthing Docking Mechanism, una variante del APAS-89 ruso usado en la ISS). De esta forma, Sierra Nevada tendría acceso a estas tecnologías y a cambio la ESA sería capaz de probarlas en un vehículo espacial de verdad. Todos salen ganando. Para más adelante se plantea la opción de usar el Dream Chaser para misiones tripuladas europeas.
No obstante, tras la firma del acuerdo han surgido rumores sobre que, efectivamente, la ESA estaría llevando a cabo estudios para ver si es posible lanzar el Dram Chaser con el Ariane 5. El Dream Chaser debe despegar desde Cabo Cañaveral con un cohete Atlas V 402 de la empresa ULA, así que para permitir que sea transportado por el Ariane 5 es muy posible que sean necesarios algunos cambios en el diseño de la nave y del lanzador. De entrada, la masa no debería ser un problema, teniendo en cuenta que el Dream Chaser pesará unas 10-12 toneladas y el Hermes alcanzaba las 23 toneladas. Quizás el principal problema técnico de esta propuesta sea, además de crear en Kourou las instalaciones necesarias para vuelos tripulados, el que la versión del Ariane 5 para vuelos a la órbita baja (Ariane 5 ES) ha dejado de fabricarse después de que el programa ATV haya sido finiquitado (sólo queda una misión de esta nave y este lanzador). La versión actual Ariane 5 ECA y el futuro Ariane 5 ME sólo servirán para lanzamientos geoestacionarios.
En cualquier caso, la probabilidad de que el Dream Chaser despegue desde Kourou es, a mi juicio, prácticamente nula. Para empezar, primero habrá que esperar a que la NASA seleccione finalmente qué nave de la iniciativa privada será elegida para la fase final del programa CCP (COmmercial Crew Program). Las cápsulas Dragon de SpaceX y CST-100 de Boeing tienen todas las papeletas para salir ganadoras, pero quizás nos llevemos alguna sorpresa con la Dream Chaser. Pero incluso si la Dream Chaser no sale elegida, los obstáculos políticos que se la hora de lanzar esta nave con un lanzador europeo son enormes.
Porque, en realidad, no es la ESA como un todo quien está detrás de este acuerdo (nunca lo está, la ESA nunca ha sido ni será un bloque monolítico), sino la agencia espacial alemana DLR. Dentro de la ESA, Alemania es ahora mismo el principal socio partidario de mantener una presencia europea en la ISS y de sacar adelante el Ariane 5 ME, mientras que Francia prefiere desarrollar cuanto antes el nuevo lanzador Ariane 6 y no se muestra nada entusiasmada con la dirección actual del programa tripulado de la ESA (y, no, parece ser que el Ariane 6 no será capaz de lanzar el Dream Chaser sin grandes modificaciones).
El acuerdo del DLR con Sierra Nevada quizás busque proteger el futuro del Ariane 5 y mantener una presencia tripulada europea en el espacio, pero sinceramente no veo a Francia ni al resto de países miembros de la ESA apoyando un proyecto que pretende llevar a cabo misiones europeas mediante una nave de construcción norteamericana (por no hablar del dinero que costaría todo este tinglado). Este asunto me recuerda a la malograda propuesta Liberty creada entre la empresa europea EADS y la norteamericana ATK con el fin de desarrollar un lanzador y una nave tripulada, una iniciativa que contó con un apoyo más bien nulo por parte de los políticos europeos. Naturalmente, y como en cualquier asunto de naturaleza política, los vientos pueden cambiar de dirección en cualquier momento, así que no conviene ser demasiado categóricos, especialmente en estos tiempos convulsos que nos ha tocado vivir.
Por último, puede que nadie se acuerde ya, pero el caso es que el Hermes no fue la única lanzadera espacial que pudo ser lanzada por el Ariane 5. En los años 90 la empresa rusa RKK Energía negoció con la ESA usar este lanzador para poner en órbita su minitransbordador OK-M. No hace falta que diga cómo terminó la historia.
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