45 años del primer acoplamiento entre dos naves espaciales tripuladas
El 16 de enero de 1969, hoy hace justo 45 años, se produjo el primer acoplamiento en órbita entre dos naves espaciales tripuladas. Las Soyuz 4 y Soyuz 5 se unieron en el espacio para crear lo que la prensa soviética denominó entonces de forma un tanto optimista como ‘la primera estación espacial de la historia’. La misión tuvo lugar en medio de la carrera por la Luna y mientras la NASA ponía a punto su maquinaria para llevar a cabo el primer alunizaje de la historia, así que no es de extrañar que en la actualidad pocos se acuerden de este episodio de la conquista del espacio.
Después del accidente de abril de 1967 sufrido por la Soyuz 1 en el que perdió la vida a Vladímir Komarov, el programa de desarrollo de la nave Soyuz había sido revisado a fondo. En 1969 la URSS ya daba por perdida la competición con los EEUU para poner un hombre sobre nuestro satélite, aunque todavía existían expertos que proponían aprovechar el programa de sobrevuelo lunar Zond/7K-L1 para mandar un cosmonauta alrededor de la Luna y plantar cara, aunque fuese de forma modesta, a los norteamericanos. El programa de alunizaje N1-L3 seguía adelante, pero el primer lanzamiento de un cohete N1 del 21 de febrero de 1969 había sido un rotundo fracaso. Por entonces los encargados del esfuerzo espacial soviético estaban de acuerdo en que la Unión Soviética no lograría poner un hombre sobre la superficie lunar antes de 1972 como muy pronto.
Como contrapeso a los éxitos estadounidenses , la URSS decidió concentrarse en la órbita baja y realizar misiones con la nave Soyuz. El éxito de estas misiones sería decisivo de cara a llevar a cabo los planes lunares, ya que tanto la Zond 7K-L1 como la Soyuz LOK del programa L3 estaban basadas en la nave Soyuz 7K-OK orbital. Tras la catástrofe de la Soyuz 1 se lanzaron cuatro naves Soyuz sin tripulación que se acoplaron automáticamente en órbita, llevando a cabo la misión que originalmente debía haber realizado la Soyuz 1 y la Soyuz 2. El 27 de octubre de 1967 se lanzó la Kosmos 186, una Soyuz 7K-OK dotada de un sistema de acoplamiento activo que se acoplaría con la Kosmos 188, lanzada el 30 de octubre. En 1968 se produjo un segundo acoplamiento automático, esta vez entre las naves Kosmos 212 y Kosmos 213, lanzadas el 14 y el 15 de abril respectivamente.
Ahora había que decidir cuál sería el siguiente paso. En mayo de 1968 se propusieron varias opciones para la siguiente misión Soyuz. La más ambiciosa, denominada “1+3″ pasaba por lanzar dos naves Soyuz, una con un cosmonauta y otra con tres, que se acoplarían en órbita. Dos cosmonautas de la segunda nave pasarían a la primera mediante una actividad extravehicular (EVA). Otra opción era la “1+2″, similar a la anterior, aunque incluía una EVA de un único cosmonauta. También se estudiaron opciones más simples, como la “2+2″, dos naves Soyuz con dos cosmonautas cada una que se acoplarían sin transferencia de tripulación, o la “0+1″, un acoplamiento entre una nave Soyuz con un cosmonauta y otra sin tripulación.
La sombra del accidente de la Soyuz 1 era muy larga, así que las autoridades decidieron ser prudentes y eligieron la opción “0+1″. Finalmente, el 26 de octubre de 1968 despegó la Soyuz 3 (7K-OK(A) nº 10) con Gueorgui Berogovoy a bordo para acoplarse con la Soyuz 2 (7K-OK(P) nº 11), que fue lanzada el día antes sin tripulación. A pesar de expermientar varios problemas, la misión fue un éxito. En noviembre de 1968 la comisión estatal decidió ir a por todas y eligió la opción más ambiciosa, la “3+1″ para la siguiente misión Soyuz. Ganar experiencia en actividades extravehiculares -por entonces la experiencia soviética se limitaba al paseo pionero de Leonov- se consideraba una prioridad de cara al programa de alunizaje N1-L3. Una maniobra, por otra parte, obligatoria, puesto que las Soyuz 7K-OK carecían de un túnel de acoplamiento para posibilitar el traslado de personas entre los vehículos, a diferencia de las naves del programa Apolo.
La tripulación principal de la misión estaría formada por Vladímir Shatalov, Borís Volynov, Yevgueni Jrunov y Alexéi Yeliseyev. Los suplentes serían Georgui Shonin, Anatoli Filipchenko, Víktor Gorbatko y Valeri Kubasov. Todos ellos formaban parte al mismo tiempo del cuerpo de cosmonautas preseleccionados para las misiones lunares. Los entrenamientos comenzaron en noviembre de 1968 en el TsPK (Centro de Entrenamiento de Cosmonautas). Jrunov y Yeliseyev usarían el nuevo traje espacial Yastreb para pasar, dejando atrás a Volynov, de la Soyuz 5 a la Soyuz 4, donde se unirían a Shatalov. La oficina de diseño Zvezdá había creado dos versiones del Yastreb, una (RVR-1) con la mochila de soporte vital a la espalda y otra (RVR-1P) con una mochila separable que el cosmonauta debía llevar sobre sus piernas. La segunda opción fue introducida después de comprobar las dificultades para salir por la escotilla del módulo orbital (BO) de la Soyuz con el traje original. La escafandra Yastreb había sido diseñada tomando como base el modelo Berkut usado por Leonov. Operaba a una presión de 400 hPa, pero podía trabajar a 270 hPa en caso de emergencia. Como anécdota, vale la pena mencionar que se pensó usar este traje en la nave LK-1 y la estación militar Almaz de Cheloméi.
El 23 de diciembre la comisión VPK del Complejo Militar-Industrial aprobó la composición de las tripulaciones, que volarían al día siguiente al cosmódromo de Tyura-Tam. La primera en partir sería la Soyuz 4 (7K-OK (A) nº 12), la nave ‘activa’ de la pareja, que despegó el 14 de enero a las 10:30 hora de Moscú desde la rampa del Área 31 del cosmódromo con Vladímir Shatalov a los mandos. Tras una correcta inserción en órbita, al día siguiente fue lanzada la Soyuz 5 (7K-OK (P) nº 13), el vehículo pasivo, con Volynov, Yeliseyev y Jrunov desde la rampa del Área 1 de Tyura-Tam a las 10:05 horas. El apodo de cada nave para las comunicaciones por radio era Amur y Baikal, respectivamente, que representaban las letras A y B con las cuales los técnicos designaban a la nave activa y a la pasiva de la pareja.
Después de realizar las maniobras necesarias, ambas naves se aproximaron automáticamente el 16 de enero usando el sistema Iglá mientras la Soyuz 4 realizaba su órbita número 34 y la Soyuz 5 la número 18. Cuando quedaban cien metros de distancia, Shatalov tomó los mandos y el acoplamiento tuvo lugar a las 11:20 hora de Moscú. El centro de control de vuelos (TsUP) para esta misión estaba situado en Crimea, cerca de Yevpatoria. Inmediatamente después, Yeliseyev y Jrunov procedieron a ponerse los trajes Yastreb, ayudados por Volynov. Una vez completada la operación, Yeliseyev volvió a la cápsula (SA) de la Soyuz, dejando a sus dos compañeros en el módulo orbital y cerró la escotilla que separaba ambos módulos. Una precaución necesaria teniendo en cuenta que ni Shatalov ni Volynov llevaban trajes de presión.
Tras hacer el vacío en el BO, Jrunov y Yeliseyev abrieron la escotilla. Jrunov se aventuró al exterior el primero, mientras Yeliseyev grababa la operación desde el interior con una cámara. Durante la salida al exterior, Jrunov accionó un interruptor por equivocación y apagó sin querer el ventilador de su traje, por lo que tuvo que volver al BO para accionarlo. Además, Jrunov se equivocó y conectó el umbilical de Yeliseyev a los sistemas de la nave en vez de al suyo. Los cosmonautas no estaban acostumbrados a trabajar en gravedad cero, lo que sumado a los problemas anteriores propició que el paseo espacial se llevase a cabo con once minutos de retraso. Jrunov logró llegar al BO de la Soyuz 4 arrastrando su umbilical, que luego usaría Yeliseyev una vez conectado a los sistemas de la Soyuz 4. Este umbilical proporcionaba alimentación eléctrica y comunicaciones al cosmonauta. Yeliseyev debía salir el siguiente, pero primero tenía que guardar la cámara en un compartimento del BO de la Soyuz 5. Lamentablemente, fue incapaz de cerrar el compartimento y cuando salió al exterior, la cámara lo siguió. Por culpa de este pequeño fallo se perdieron todas las imágenes del histórico paseo espacial (sólo nos quedan algunas imágenes de televisión en baja resolución). La actividad extravehicular duró unos 37 minutos, durante los cuales los dos cosmonautas se deslizaron por el exterior de las naves ayudándose de pasamanos.
Una vez que la pareja estuvo segura en la Soyuz 4, procedieron a presurizar el BO. Shatalov abrió la escotilla del SA y se reunió con sus compañeros, mientras Volynov hacía lo propio en la Soyuz 5, ahora vacía. Completado el objetivo principal de la misión, las dos naves se separaron después de permanecer 4 horas 33 minutos y 49 segundos unidas. Los tres cosmonautas de la Soyuz 4 volvieron a casa el 17 de enero y aterrizaron a 40 kilómetros de Karaganda. La Soyuz 5 tuvo un regreso más movidito. La nave llevó a cabo el encendido de frenado y a continuación se separó el módulo BO. Sin embargo, el módulo de servicio (PAO) no hizo lo propio. Como resultado, la nave entró en la atmósfera con la configuración atmosférica de menor resistencia, esto es, con la cápsula (SA) primero y el PAO detrás. En vez avanzar con el escudo térmico por delante, la Soyuz 5 se internó en la atmósfera a 8 km/s con la orientación equivocada. Y Volynov no podía hacer nada al respecto.
Las fuerzas g aumentaron y el cosmonauta se hundió en su sillón, plenamente consciente de la gravedad de la situación. Incluso si la cápsula sobrevivía a la reentrada, Volynov no pensaba que lo haría sin despresurizarse. Sin traje de presión que lo protegiese, el cosmonauta pensó que se enfrentaba a una muerte segura. De repente, el humo inundó el pequeño espacio del SA cuando la resina del sello hermético de la escotilla comenzó a quemarse por las altas temperaturas. Aunque estaba cubierta con una pequeña capa de material ablativo -lo que sin duda salvó la vida a Volynov-, la escotilla no aguantaría mucho más.
Afortunadamente, y cuando Volynov había perdido ya toda esperanza, el PAO se separó de la cápsula a una altura de unos 80 kilómetros gracias a la acción de unos sensores térmicos de emergencia. De forma inmediata la cápsula se orientó con el escudo térmico por delante. Después de todo, Volynov viviría para contarlo. Pero había estado muy cerca del abismo, demasiado cerca. El cosmonauta sufrió una reentrada balística a 9 g, algo incómoda, pero nada que no hubiese sufrido antes en los entrenamientos. A diez kilómetros de altura se abrió el paracaídas principal y Volynov aterrizó poco después a 200 kilómetros de Kustanay. El cosmonauta, sofocado por el humo de la cápsula, se apresuró a abrir la escotilla para respirar el aire puro de la estepa kazaja.
La mala suerte no abandonó a Volynov. El 22 de enero de 1969 la tripulación de las dos Soyuz se dirigió al Kremlin para ser recibidos por Brezhnev. Al entrar en el Kremlin, una persona disparó contra la comitiva pensando que en ella estaba el premier soviético. En el primer coche viajaban los cuatro cosmonautas, mientras que en el segundo iban los cosmonautas Leonov, Nikolayev y Tereshkova (estos últimos marido y mujer). El terrorista disparó contra el segundo coche usando dos pistolas, matando al conductor e hiriendo a un miembro del KGB antes de ser abatido. La reunión con Brezhnev se celebró según lo previsto y como si nada hubiese pasado.
A pesar de la complicada reentrada de Volynov, la misión de las Soyuz 4 y 5 supuso un éxito que el programa espacial soviético necesitaba desesperadamente después de la tragedia de la Soyuz 1 y el fracaso del primer N1. Desgraciadamente, nadie pareció tomar nota de las lecciones de la misión y no se introdujeron trajes de presión en los vuelos de las Soyuz. Poco tiempo después, la tripulación de la Soyuz 11 pagaría con su vida este error.
Comentarios
Publicar un comentario