Luna Siete: la iniciativa privada rusa construyendo una base en la Luna

Hace unos meses un grupo de entusiastas rusos se reunió con un objetivo: averiguar la forma más sencilla y barata de construir una base en la Luna usando medios actualmente existentes. Por motivos obvios, el único requisito era que debían limitarse al empleo de tecnología rusa. ¿El resultado? La iniciativa Luna Siete, un proyecto privado que pretende renovar el interés en la colonización de nuestro satélite.
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Un cosmonauta en la base lunar Luna Siete (Luna Sem).
Luna Siete (Луна Семь en ruso), que se llama así porque sería la séptima misión tripulada a la Luna tras el programa Apolo, es un proyecto de la pequeña empresa Lin Industrial y tiene como objetivo establecer una base lunar en el polo sur de la Luna. Más concretamente, en el cráter Malapert, donde es posible disponer del hielo que supuestamente se encuentra en las regiones que permanecen en sombra eterna y, al mismo tiempo, de la luz solar permanente que baña el borde del cráter. Y es que en el pico de Malapert sólo hay entre tres y seis días -terrestres- de oscuridad. De esta forma la base lunar no requeriría reactores nucleares para funcionar, sino simples paneles solares.
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Luna Siete usaría el cohete Angará A5 (Luna Sem).
Ahora bien, ¿cómo se construiría esta base? Luna Siete usará el cohete Angará A5 en todos sus lanzamientos, un lanzador que debe debutar en breve. La única modificación al Angará A5 de serie será el uso del motor RD-0125A de dos cámaras de combustión en la tercera etapa (URM 2) en vez del RD-0124A que incorpora el diseño actual. Como etapa superior se han decantado por la KVTK, una etapa criogénica a base de hidrógeno y oxígeno líquidos que permitiría elevar la masa útil del Angará de forma significativa. Por último, para alcanzar la superficie lunar se usaría una etapa Fregat-L a base de combustibles hipergólicos dotada de un tren de aterrizaje y paneles solares. Mediante la combinación Angará A5-KVTK-Fregat-L, Luna Siete podrá poner hasta 3,6 toneladas de carga útil en la superficie de la Luna por cada lanzamiento.
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Etapa superior criogénica KVTK (Luna Sem).
Las misiones tripuladas viajarán a la base lunar en una nave basada en la veterana Soyuz. Este vehículo con capacidad para dos cosmonautas usaría el módulo orbital (BO) y cápsula (SA) de la Soyuz, pero en vez de un módulo de propulsión (PAO) llevaría una etapa Fregat-L dotada de un tren de aterrizaje y dos paneles solares. Tanto el BO y el SA serían ligeramente más pequeños y ligeros que los de la Soyuz de serie para poder aumentar la carga útil. Y sí, el diseño recuerda vagamente a uno de las propuestas L3 de Serguéi Koroliov de principios de los sesenta para poner un hombre en la Luna antes que los norteamericanos. Una vez en la superficie lunar, la nave recargaría el combustible necesario para volver mediante otra etapa Fregat-L que tendría que aterrizar de forma independiente. Es decir, estaríamos ante una misión del tipo LSR (Lunar Surface Rendezvous), en vez de una misión directa (Nova o UR-700) o de tipo LOR (Lunar Orbit Rendezvous) como el Apolo. Las actividades extravehiculares se llevarían a cabo mediante un traje Orlán modificado.
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La nave tripulada con dos cosmonautas aún acoplada a la etapa superior KVTK. En vez del PAO de una Soyuz incorpora una Fregat-L con tren de aterrizaje (Luna Sem).
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La nave tripulada acercándose a la Luna (Luna Sem).
Como vemos, todos los elementos del plan consisten en sistemas ya probados o que pronto estarán en servicio. El esquema de lanzamiento único permite evitar complejos acoplamientos en órbita terrestre, aunque a costa de introducir encuentros en la superficie lunar. Pero puesto que el fin último del proyecto es establecer una base lunar, este último punto no es tanto un problema como una forma de sacarle provecho a la construcción de la base. El resto de la base lunar estaría formada por módulos vivienda cilíndricos y módulos generadores de electricidad (básicamente una etapa Fregat-L con un gran panel solar vertical), además de varios lunojods automáticos.
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Un cosmonauta se dispone a salir de su nave por el BO (Luna Sem).
La construcción de la base seguiría las siguientes etapas. Primero se pondría en una órbita elíptica lunar un satélite de comunicaciones para garantizar comunicaciones permanentes con la base. También se enviarían en la misma misión dos lunojods ligeros que inspeccionarían el terreno de cara a las siguientes misiones. En un segundo lanzamiento se enviaría un lunojod pesado no presurizado con capacidad para servir de bulldozer y exacavadora. En una fase posterior este vehículo será usado por la tripulación para desplazarse por la superficie. En la tercera misión se enviarían los elementos de la cubierta destinada a proteger los módulos de la base de la radiación. Una vez instalada, la cubierta tendría regolito en su parte superior para aumentar su capacidad de protección.
El cuarto vuelo situaría en la superficie la primera estación energética (dotada de un panel solar de 4 x 15 metros y capaz de generar una potencia de 15 kW), mientras que los cinco vuelos siguientes se encargarían de llevar a la superficie otros tantos módulos vivienda (dos módulos hábitat,módulo de servicio, módulo científico y módulo almacén) El módulo científico iría equipado con una esclusa y podría añadirse a una plataforma autopropulsada para convertirse en un lunojod presurizado. Posteriormente se enviarían dos etapas Fregat-L con combustible para el regreso de la primera misión tripulada (una principal y otra de reserva).
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Vista general de la base con la nave tripulada, los módulos vivienda y la estación de energía, además del lunojod ligero (Luna Sem).
Sólo entonces despegaría la primera misión con dos cosmonautas a bordo. La base iría creciendo progresivamente hasta mantener una tripulación permanente de cuatro personas, que serían relevados de dos en dos cada seis meses. Los cosmonautas podrían además desplazarse ocasionalmente hasta unos cien kilómetros de distancia para explorar la Luna y llevar a cabo todo tipo de experimentos. Para construir Luna Siete, en total se lanzarían 34 cohetes Angará A5 con sus respectivas etapas KVTK y Fregat-L en el plazo de los primeros cuatro años. ¿El coste de semejante odisea? Pues unos doce mil millones de dólares a repartir en un plazo de cinco años.
Evidentemente, tamaña inversión está fuera del alcance de cualquier compañía privada, de ahí que Luna Siete intente atraer el interés del gobierno ruso. Si finalmente Rusia decide construir un lanzador pesado durante la década que viene, Luna Siete sería la excusa perfecta para justificar su existencia. En cualquier caso, no nos engañemos. Teniendo en cuenta el presupuesto actual de Roscosmos, es prácticamente imposible que esta iniciativa supere la fase larvaria de powerpoint. No obstante, lo verdaderamente interesante de Luna Siete es que se trata de una propuesta muy realista basada en tecnologías existentes y funcionales. Si alguna vez quieres construir una base en la Luna, ya sabes a quien debes contratar.
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