Bitácora de Rosetta 3: viendo el paisaje
Hoy se cumplen trece días desde que la sonda europea Rosetta llegó al cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko. Desde entonces y hasta el día 17 la nave se ha mantenido a unos cien kilómetros de distancia describiendo una trayectoria triangular que le permite cartografiar la superficie de Chury al mismo tiempo que determina la densidad y distribución de masas del cometa, un paso previo indispensable antes de acercarse más e intentar entrar en órbita alrededor del núcleo.
Al seguir esta trayectoria los investigadores de la misión pueden determinar las pequeñas desviaciones ocasionadas por la gravedad de Chury y determinar así su masa y densidad con precisión. Rosetta encendió brevemente sus impulsores el 10 y el 13 de agosto para poder trazar los lados del triángulo. Debido a la gravedad del cometa y a la geometría de la trayectoria, la distancia entre la sonda y Chury no ha sido constante en esta fase. El 17 de agosto la sonda reanudó su aproximación al núcleo para acercarse a un punto situado a cincuenta kilómetros de distancia, desde donde volverá a describir la misma trayectoria triangular hasta el 3 de septiembre, momento en el que se acercará hasta los 30 kilómetros para situarse, por fin, en órbita alrededor de Chury.
La gravedad en la superficie del cometa debe variar fuertemente por culpa de su forma irregular, pero la aceleración media es del orden de 0,001 m/s2. El núcleo doble rota cada 12,7 horas, lo que ha llevado a muchos a especular sobre la posibilidad de que Chury esté a punto de fragmentarse en dos pedazos. No obstante, debemos recordar que la fuerza gravitatoria, aunque muy débil, es varios órdenes de magnitud superior a la fuerza centrípeta en los extremos del núcleo.
Hasta el momento la ESA ha publicado diariamente imágenes de la cámara de navegación NAVCAM, continuando con la polémica decisión de no difundir las imágenes de la ‘cámara de verdad’, o sea, OSIRIS. El 14 de agosto pudimos ver sin embargo un atisbo del espectáculo que nos estamos perdiendo cuando el equipo de OSIRIS decidió ofrecernos una espectacular vista del cometa captada el 7 de agosto desde unos 85 kilómetros de distancia con una resolución de 1,9 metros por píxel:
Está claro que el núcleo doble de Chury ofrece una multitud de paisajes a cual más extraño y fascinante, aunque todavía es pronto para descifrar el mensaje que esconde este cometa. Hay zonas donde la superficie es aparentemente suave, mientras que otras muestran un perfil muy abrupto. Destacan los ‘acantilados’ del ‘cuello’ del cometa -aunque no hay que fiarse de las apariencias: en la superficie el arriba y el abajo pueden variar significativamente con respecto a lo que uno pudiera esperar-, donde se ven líneas y grietas, algunas de ellas perpendiculares. En el mismo cuello vemos gran cantidad de sedimentos y grandes rocas -¿de hielo?- con unas dimensiones de decenas de metros cada una. Un paisaje imponente, sin duda. Pero, ¿cuáles de estas regiones se corresponden a las zonas activas del cometa? Difícil saberlo por ahora, aunque en las imágenes de larga exposición se aprecian chorros que salen de la región del cuello del núcleo. ¿Es esto lo normal en un cometa? No lo sabemos. En el cometa Hartley 2, con otro núcleo lobulado, los chorros procedían principalmente de los extremos.
Pero Rosetta tiene más instrumentos que OSIRIS. El 10 de agosto el instrumentoCOSIMA (COmetary Secondary Ion Mass Analyser) expuso el primero de los 24 detectores de los que dispone para atrapar partículas de polvo del cometa. Cada uno de los detectores de COSIMA tiene un centímetro cuadrado de superficie y está cubierto por una capa de oro con un grosor de 30 micras. La combinación del bajo albedo del detector con la iluminación de dos LED permite detectar visualmente las partículas de polvo que impacten contra el instrumento gracias a la cámara COSISCOPE.
Por otro lado, el instrumento GIADA (Grain Impact Analyser and Dust Accumulator)recogió cuatro granos de polvo procedentes de Chury entre los días 1 y 5 de agosto. GIADA es junto con COSIMA y MIDAS, uno de los tres instrumentos destinados a analizar los granos de polvo y hielo emitidos por el cometa. GIADA es capaz de medir la masa y tamaño de partículas por encima de las 15 micras de diámetro.
Ahora mismo Chury exhibe muy poca actividad. De hecho, la concentración de polvo en la coma es similar al que podemos encontrar en una habitación limpia para fabricación de componentes electrónicos, una situación que cambiará drásticamente a medida que el cometa se aproxime al perihelio el año que viene. Los granos de polvo impactarán en Rosetta a una velocidad máxima de unos 360 km/h. A diferencia del resto de sondas que han estudiado previamente otros cometas, la velocidad relativa de Rosetta con respecto a Chury es prácticamente nula, por lo que las partículas de polvo no presentan un peligro para la misión. En otras misiones la velocidad de impacto de los granos de polvo variaba entre los 18 000 y los 252 000 km/h, lo que obligaba a blindar fuertemente las sondas. Eso sí, el polvo cometario de Chury no es inocuo: se pegará a los paneles solares y disminuirá la capacidad de producción de electricidad de la sonda con el tiempo).
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