Rodar por Marte desgasta seriamente tus ruedas
Curiosity tiene un problema: la superficie marciana se está comiendo sus ruedas lentamente. Al poco de empezar a rodar por el planeta rojo, las fotografías mostraron unos daños considerables en las seis ruedas del rover. Agujeros, abolladuras y roces comenzaron a aparecer por doquier al mismo tiempo que mucha gente empezaba a preocuparse por el asunto. Pero los encargados de la misión le quitaron importancia al tema y declararon en numerosas ocasiones que el desgaste era absolutamente normal y que no había nada de extraño. La ‘piel’ de las ruedas de Curiosity está hecha de aluminio de alta calidad pero es muy fina, con un espesor de tan sólo 0,75 mm, así que es de esperar que las ruedas sufran una erosión considerable teniendo en cuenta que en Marte no hay carreteras. Según el control de tierra, Curiosity podría rodar sobre los radios pelados llegado el caso. No había nada que temer.
Sin embargo, algo debe haber cambiado en los cuarteles del JPL, porque ahora parece que el equipo de Curiosity no las tiene todas consigo. Tras recorrer 4589 metros sobre la superficie, el desgaste experimentado por las ruedas sí que podría ser excesivo y hasta preocupante. Los daños sufridos en el último mes desde que Curiosity dejó la región de Yellowknife Bay exceden lo predicho por los modelos teóricos, posiblemente porque el terreno es más duro de lo esperado. Como resultado, a finales de noviembre el equipo decidió tomar varias imágenes de las ruedas usando la cámara MAHLI situada en el brazo robot para estudiar el desgaste (las imágenes se tomaron en varias sesiones repartidas entre el Sol 469 y el Sol 472). El análisis de las imágenes preocupó a los encargados de la misión, que han decidido fotografiar las ruedas mediante MAHLI con más frecuencia.
Entre el 9 y el 19 de diciembre (Sol 478-Sol 487) Curiosity no se movió para permitir que se llevase a cabo la tercera actualización de su software (la 11ª versión creada para el rover) aprovechando que la mayoría de los miembros del equipo científico estaban participando en la reunión de la American Geophysical Union (AGU) en San francisco. Las operaciones científicas se retomaron en Sol 485 y en Sol 488 (20 de diciembre) el rover volvió a desplazarse. El control de la misión planea ahora llevar a cabo varias pruebas consistentes en hacer rodar a Curiosity por un terreno más suave para evaluar el daño producido en las ruedas. También se han tomado imágenes de las ruedas con las cámaras MastCam del mástil.
Curiosity posee seis ruedas con un diámetro de 0,5 metros montadas en un sistema de suspensión que garantiza que todas las ruedas estén en contacto con el suelo en todo momento. Cada rueda posee su propio motor eléctrico y poseen varios orificios para mejorar la tracción (orificios que al rodar Curiosity dejan en el suelo las letras J,P y L en código Morse). Los pares trasero y delantero pueden girar para permitir que el vehículo lleve a cabo todo tipo de movimientos. El chasis del rover está a 66 cm del suelo y las ruedas pueden superar obstáculos similares a su propio diámetro. La velocidad máxima de Curiosity es de 5 cm/s (0,14 km/h), pero no suele superar los 1,5 cm/s.
El equipo asegura que, con desgaste o sin él, Curiosity continuará hasta las faldas del Monte Aeolis tal y como estaba previsto, pero a partir de ahora tendrán que tener más cuidado con el terreno que pisan. Está claro que rodar por Marte pasa factura.
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