MX-1, una sonda en miniatura para explorar la Luna
La compañía Moon Express anunció el pasado día 5 de diciembre sus intenciones de desarrollar un nuevo satélite de pequeño tamaño capaz de alcanzar la superficie lunar. El ingenio, denominado MX-1, pretende comercializar el acceso a la Luna ofertando una capacidad de carga que ronda los 60 kg.
MX-1 es una pequeña nave de 1320 kg (el 75% es combustible) que alcanzaría la órbita de transferencia geoestacionaria junto con algún satélite comercial. A partir de aquí usará un motor principal de queroseno y peróxido de hidrógeno para alcanzar la Luna, donde aterrizará usando motores monopropelentes a base de peróxido de hidrógeno. El secreto para alcanzar una capacidad de carga considerable en la superficie lunar estriba en que MX-1 no empleará un tren de aterrizaje, sino que se posará sobre la propia estructura de los tanques de combustible.
Entre las posibles misiones a la Luna se encuentran el envío de telescopios astronómicos (ILO-X) o la recogida de muestras del regolito lunar. La compañía ha puesto énfasis en señalar como gran novedad que la nave usa peróxido de hidrógeno como propelente, algo que no se entiende muy bien teniendo en cuenta que: a) el peróxido de hidrógeno ya se usa en sistemas de propulsión de varios vehículos espaciales (sin ir más lejos, en la cápsula SA de la nave Soyuz) y, b) porque se trata de agua oxigenada de toda la vida.
En realidad, el principal objetivo de MX-1 no es la Luna, sino la órbita terrestre. Moon Express quiere ofertar esta pequeña nave para otros servicios en órbita baja, como retirar chatarra espacial o situar cubesats en órbitas más alejadas de la Tierra. Entonces, ¿por qué señalar la Luna? Pues porque, además de la publicidad gratuita consustancial a un objetivo tan mediático, la Moon Express pretende hacerse con los 30 millones de dólares del premio Google Lunar Prize, destinados a la primera compañía privada que logre hacer aterrizar con éxito algún cacharro sobre la Luna.
¿Todo esto te parece muy ambicioso? Pues espera, porque Moon Express pretende ejecutar sus planes en tan sólo dos años. Si todo va bien, en 2015 veremos la primera MX-1 aterrizando en nuestro satélite. Por supuesto la idea es genial como concepto, pero los desafíos de navegación, guiado y propulsión de una misión de este tipo son tan exigentes que es difícil ver cómo va a llevar a cabo Moon Express sus misiones en tan corto espacio de tiempo, por no hablar de la búsqueda de rentabilidad. En cualquier caso, por intentarlo que no quede.
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