La NASA cancela el desarrollo de las fuentes de energía de las naves del futuro
La NASA acaba de anunciar que cancela el desarrollo de los generadores de radioisótopos de tipo Stirling o ASRG, la fuente de energía que debía alimentar a las sondas espaciales del futuro. Y es que si queremos explorar el Sistema Solar exterior o trabajar en el espacio sin depender del sol, la única forma es utilizar generadores de radioisótopos (RTGs). El problema es que la mayoría de RTGs usan plutonio-238, un isótopo extremadamente costoso de producir. Estados Unidos dejó de fabricar Pu-238 hace un cuarto de siglo, por lo que la NASA posee unas reservas de plutonio muy escasas. Durante estos últimos años la NASA ha utilizado plutonio de origen ruso para compensar esta carencia, pero Rusia también decidió dejar de fabricar Pu-238 y ya no quiere vender más lotes de este material a los norteamericanos.
Para solucionar este problema, la NASA decidió reanudar la producción de Pu-238 este mismo año, pero no se espera que la síntesis de este isótopo esté a pleno rendimiento hasta finales de la década. El atolladero en el que se encuentra la agencia espacial es evidente, motivo por el cual la NASA optó por desarrollar hace años una nueva generación de RTGs denominada ASRGs (‘aserejé’ para los amigos). Los generadores de tipo Stirling son capaces de generar la misma potencia eléctrica que un RTG convencional usando solamente una cuarta parte del plutonio necesario. ¿Cómo? Pues a costa de introducir un sistema de partes móviles.
A diferencia de un RTG normal, que carece de nada que se mueva, un ASRG está formado por un pistón que se mueve cuando se expande una pequeña reserva de helio por efecto del calor procedente de la desintegración radiactiva del Pu-238. El movimiento del pistón se transforma luego en electricidad gracias a un alternador corriente y moliente. Como un vídeo de Youtube vale más que un millón de palabras, aquí les dejo con una explicación de cómo funciona un ASRG:
No obstante, un ASRG debe permanecer en funcionamiento durante décadas y no es nada sencillo -ni barato- crear un sistema con partes móviles capaz de funcionar sin problemas durante veinte años. Por ahora no existe ninguna sonda espacial que vaya a hacer uso de ASRGs (la NASA ha recortado drásticamente el gasto en la exploración del Sistema Solar exterior), pero muchas propuestas contaban con esta nueva tecnología.
Sin la perspectiva de poder usar ASRGs, a un ritmo anual de fabricación de 1-1,5 kg se necesitarán entre 7 y 11 años para sintetizar los 11 kg de Pu-238 que requiere un RTG convencional de pequeño tamaño como el que usa la sonda New Horizons. Hagamos cuentas: 2019 más siete años -siendo optimistas- significa que no habrá plutonio suficiente para nuevos RTGs hasta 2026 y entonces sólo para una misión.
Esta decisión no afecta a Europa Clipper, la próxima gran sonda para el estudio de la luna de Júpiter Europa (que aún no ha sido aprobada por falta de presupuestos). Los encargados de esta misión tomaron la decisión de no usar ASRGs y emplear RTGs convencionales o incluso paneles solares (aunque su misión se vería mermada en este caso), pero otras propuestas de sondas para el Sistema Solar exterior no tienen la posibilidad de usar este atajo. Si la NASA confirma la cancelación del programa de desarrollo de ASRGs, no veremos ninguna sonda para la exploración del Sistema Solar más allá de Júpiter durante casi dos décadas. Adiós a los misteriosos géiseres de Encélado y a los exóticos mares de metano de Titán. Adiós a los gigantes de hielo Urano y Neptuno y sus lunas. El Sistema Solar exterior es desde hoy, y hasta dentro de mucho tiempo, un territorio vedado para la exploración humana.
Esperemos que la NASA recapacite o, al menos, entable en negociaciones con los chinos cuanto antes, que parece que ya poseen capacidad para fabricar plutonio-238.
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