La profundidad de los mares de Titán

Titán es el único mundo del Sistema Solar con mares y lagos superficiales además de la Tierra, pero hasta no hace mucho no habíamos podido verlos en toda su grandeza. La mejor herramienta para observar estos mares es el radar de la sonda Cassini, capaz de atravesar la neblina de hidrocarburos que cubre el satélite y tomar imágenes con independencia de su iluminación. El radar sólo es capaz de cartografiar una región limitada en cada sobrevuelo, así que no ha sido hasta ahora cuando la sonda ha logrado llevar a cabo los suficientes sobrevuelos para realizar un mapa de -casi- toda la región cercana al polo norte donde se encuentran los mares. Y aquí los tienen:
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La región de los mares de metano del polo norte de Titán (NASA/JPL).
Llama la atención que todos los mares y lagos de mayor tamaño se encuentran en una región de forma rectangular con un tamaño de 900 x 1800 kilómetros, probablemente debido a alguna deformación de la corteza del satélite. Ahí vemos a Kraken Mare, Punga Mare y Ligeia Mare, los tres grandes mares de titán. Ligeia Mare, con unas dimensiones de 300 x 400 kilómetros, fue el primero en ser descubierto. El Kraken Mare, que era el mar menos conocido hasta ahora, se puede contemplar en el nuevo mapa en todo su esplendor, con sus islas, ríos, golfos y bahías que aguardan la llegada de los exploradores -¿y navegantes?- del planeta Tierra. El mar, -¡de unos mil kilómetros de largo!- aparece dividido en dos grandes regiones, así que es posible que en el futuro este ‘submar’ pueda merecer el honor de poseer su propio nombre individual. La oscura superficie de los lagos y mares al radar es una prueba de que las olas, de existir, no deben superar los pocos centímetros. O sea, que estamos ante oscuros mares alienígenas de hidrocarburos a 180º C bajo cero dominados por una calma chicha permanente. Por cierto, el metano a -180º C tiene una densidad del 70% de la del agua y una viscosidad similar (el etano es un poco más denso y viscoso), pero los hidrocarburos que seguramente se hallan disueltos pueden aumentar estas magnitudes significativamente. Y, puesto que los sólidos de hidrocarburos son más densos que en estado líquido, no se espera que existan icebergs en los mares titánicos. Una buena noticia para los futuros Titanics que surquen las aguas -es un decir- de esta luna (ahora que lo pienso, un magnífico nombre para un buque en Titán).
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Los mares principales de Titán (JPL/NASA).
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La región de los mares tal y como se conocía hasta hace unos meses comparada con los Grandes Lagos (ESA).
Ahora bien, ¿qué profundidad tienen estos mares? El radar ha permitido por primera vez estimar la profundidad de estas masas de líquido usando una técnica ya empleada para analizar los datos de los instrumentos de radar de las sondas MRO y Mars Express. Y el resultado es que Ligeia Mare tiene unos 170 metros de profundidad, más o menos como los Grandes Lagos de Norteamérica. Esto quiere decir que Titán puede albergar unos 9000 metros cúbicos de hidrocarburos líquidos, lo que viene a ser unas 40 veces las reservas conocidas de petróleo en la Tierra. En condiciones normales sería imposible calcular la profundidad de estos mares, pero el líquido ha resultado ser metano en casi un 100%, algo que contradice anteriores resultados que indicaban que los lagos debían estar compuestos principalmente por etano. Todo un misterio.
Curiosamente, la publicación de este mapa de radar tiene lugar después de que el pasado octubre la Cassini fotografiase el hemisferio norte en infrarrojo cercano ahora que ya ha llegado el verano a la zona. ¿No sería genial explorar directamente estos lagos? Desgraciadamente, no se ha aprobado ninguna sonda con este fin y la única propuesta existente, TiME (Titan Mare Explorer), no podría lanzarse en la próxima década aunque existiese el presupuesto para ello (que no existe). TiME fue diseñada como una misión de bajo coste y parte del ahorro de la misión se lograba lanzando la nave en la fecha adecuada para garantizar una línea de visión directa entre la Tierra y el hemisferio norte de Titán, pero esta geometría no se mantendrá durante muchos años más. Habrá que buscar una nueva propuesta, porque el objetivo merece la pena.
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Los mares de Titán en infrarrojo cercano (NASA/JPL).

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