Cómo se tira la basura en el espacio

El pasado 2 de noviembre el carguero espacial ATV-4 Albert Einstein se desintegrabaen la atmósfera terrestre con 2,5 toneladas de basura procedentes de la estación espacial internacional (ISS). Este procedimiento se repite con todas las naves de carga no reutilizables que se acoplan con la estación, incluyendo la Progress rusa, la HTV japonesa o la Cygnus norteamericana. Muchos podrían pensar que el proceso es tan simple como tirar la basura de casa. No tenemos más que llenar la nave de residuos y luego la mandamos a que se queme en la atmósfera a 8 km/s para deshacernos del continente y contenido. Pero no, no es tan sencillo como parece. En el espacio nada es tan sencillo como parece.

Reentrada del ATV-4 Albert Einstein (ESA).

Y por cierto, ya que hablamos de reentradas, vale la pena recordar que la fuente principal del calentamiento de un vehículo espacial que se destruye en la atmósfera son las ondas de choque, no el rozamiento. Ah, y tampoco es cierto que se desintegre por completo. Eso es un mito. A la superficie suelen llegar trozos bastante grandes, pero como las reentradas se programan para que tengan lugar sobre el océano y no pasa nada (al menos habitualmente).

Pero volvamos al tema en cuestión. Hablábamos de la basura en el espacio. La NASA tiene un grupo dedicado exclusivamente a gestionar los residuos de la ISS, denominado TWIG (Trash/Waste Management Integration Group). Para las agencias espaciales existen cuatro tipos de residuos: basura de la tripulación (restos de comida, heces, orina, ropa sucia, etc.), equipos que ya no vayan a ser usados (bien porque estén rotos o porque ya no hagan falta), residuos producidos por experimentos y equipos usados para asegurar la carga dentro de las naves durante el lanzamiento (y que obviamente ya no son necesarios una vez en órbita).

"Manolo, sal a tirar la basura" (NASA).

Distintos tipos de bolsas para guardar residuos y equipos en la ISS (NASA).

Pero eso no es todo. Los residuos se clasifican también según su estado (sólido o líquido) y su peligrosidad. En este último caso tenemos residuos tóxicos, no peligrosos o peligrosos. Los residuos peligrosos se dividen a su vez en los de tipo BA (baterías y pilas), de tipo BB (residuos biológicos que puedan suponer un riesgo de infección para el ser humano), de tipo SH (cortantes, tales como jeringuillas, escalpelos, cuchillas, etc.), de tipo CH (sustancias químicas peligrosas) o de tipo RA (sustancias radiactivas).

Tipos de contenedores según los residuos (NASA).

Todo este lío de clasificaciones es importante, porque según el tipo de residuo se empleará una bolsa o contenedor adecuado. Por poner un ejemplo, los residuos biológicos deben ser introducidos primero en una bolsa de muestras estándar y luego dentro de una bolsa de goma denominada KBO-M, específicamente diseñada para tal fin. Si tenemos varias KBO-M, éstas se pueden colocar dentro de otra bolsa de goma especial aún más grande. Las bolsas KBO-M son extrañas, aunque es posible que el contenedor más raro sea el PDK (Paket dlya Kroshek), destinado exclusivamente a recoger las migas y otros restos de comida de pequeño tamaño que quedan flotando por el interior de la ISS después de un banquete. Claro que no todos los recipientes son exóticos. También existen bolsas de basura de plástico de toda la vida.

Bolsas rusas KBO-M para residuos biológicos (NASA).

Recipiente de recogida de migas (NASA).

Bolsas para residuos de comida (NASA).

Bolsa para objetos cortantes (NASA).

Bolsas de basura de plástico de toda la vida (NASA).

Pero vayamos a la parte más escatológica del asunto, es decir, a los residuos humanos. Parte de la orina recogida en el baño -de diseño ruso- situado en el módulo Tranquility del segmento norteamericano se filtra para poder ser usada posteriormente como agua potable usando el WRS (Water Recycling System). Pero en el segmento ruso la orina del baño ASU se almacena en unos contenedores metálicos denominados EDV, de 5,5 kg de masa. Los EDV se usan para llevar agua potable en el viaje de ida y cada uno tiene capacidad para 22 litros de orina. Pueden almacenarse en órbita durante un año más o menos antes de que su garantía 'expire', aunque lo habitual es que se quemen en la atmósfera mucho antes de que pase tanto tiempo. Si el baño está estropeado -cosa que ha pasado un par de veces- y los EDV no pueden usarse, existen unas bolsas de plástico para recoger la orina de forma, digamos, 'manual'.

Contenedor para agua y orina EDV (NASA/Roscosmos).

Interior de un EDV donde se ve la membrana interior (NASA).

Antes de separarse de la ISS, las naves de carga Progress pueden almacenar 420 litros de orina (lo que equivale a 19 EDV) y agua no potable en su sistema Rodnik (una vez extraída el agua potable), así como seis metros cúbicos de espacio para residuos en general. Una Progress puede albergar un total de 1500 kg de basura en su viaje de regreso a casa, lo que no está nada mal, pero no es nada comparado con los 5500 kg de porquería que caben en un ATV europeo, incluyendo 840 litros de orina y otros líquidos (hasta 38 EDVs). La nave tripulada Soyuz también se puede usar para tirar la basura, al menos su módulo orbital. Eso sí, en este caso los residuos no pueden ocupar más de un metro cúbico o superar los cien kg de masa.

Recipientes de heces KTO junto a cajas de comida en el módulo de carga de una Progress (NASA).

Y sí, efectivamente, las heces fecales también tienen su propio contenedor específico. Se denomina KTO (Konteyner Tbiordij Otjodov, 'contenedor de residuos sólidos') y tienen unas dimensiones de 33 x 38 cm. Cada KTO pesa unos 11,5 kg antes de recibir su preciada carga procedente del baño del segmento ruso. Cuando un cosmonauta hace aguas mayores, las heces pasan a una bolsa de tela gracias a la existencia de un flujo de aire continuo (la bolsa tiene una red en la parte posterior para permitir el paso del aire). Una vez terminada la odisea fecal, el cosmonauta libera la bolsa tirando de una anilla roja y ésta se introduce en el KTO. Para casos de auténtica emergencia, también existen unas bolsas llamadas Fecal Collection Assembly, apodadas como 'bolsas del Apolo' por ser en este programa espacial cuando debutaron (sí, ir al baño en el Apolo era sinónimo de dedicarse a recoger 'sorpresas' flotantes).

Contenedor para heces KTO en versión plegada y desplegada (NASA).

Un cosmonauta juguetea con un KTO (NASA).

Bolsa para heces que se introduce automáticamente en el KTO (NASA).

Baño ASU del segmento ruso. Abajo esquema de funcionamiento con los contenedores KTO y EDV (Roscosmos).

Baño ASU ruso del segmento norteamericano (NASA).

Receptáculo para la orina (NASA).

Cada receptáculo para orinar es personal. Arriba, receptáculo masculino. Abajo, femenino (NASA).

Bolsa plástica para heces del Apolo: sólo para emergencias de verdad (NASA).

En definitiva, tirar la basura en el espacio dista de ser algo simple. Solamente tener en cuenta todos los tipos de basura y recipientes es una auténtica pesadilla logística que requiere del esfuerzo de docenas de personas en tierra. Una gran parte del trabajo de un astronauta en la ISS consiste en retirar EDVs o KTOs repletos de orina y heces, entre otras lindezas. Es normal que no se suela hablar mucho de esta ingrata y 'oscura' labor.

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