El último programa de sondas lunares soviéticas
Parece mentira, pero a pesar de que la Unión Soviética desapareció hace ya más de casi un cuarto de siglo todavía hay ciertos aspectos de la historia de la cosmonáutica que siguen sin estar demasiado claros. Y uno de ellos es el programa de sondas espaciales soviéticas, especialmente las sondas destinadas a estudiar la Luna.
La última sonda automática de la URSS fue la Luna 24, una nave de la serie Ye-8-5M (Е-8-5M en cirílico) lanzada en agosto de 1976 destinada al retorno de muestras lunares. Las sondas Ye-8-5 y Ye-8-5M estaban basadas a su vez en el diseño de la serie Ye-8 (E-8), cuyo objetivo era situar los famosos Lunojods en la superficie lunar. La última sonda de este tipo fue la Luna 21, que llevó al Lunojod 2 hasta el cráter Le Monnier en enero de 1973. La URSS introdujo también las sondas Ye-8LS en 1971, unas naves que también usaban el bloque propulsivo KTM de las Ye-8 y Ye-8-5, aunque su misión era orbitar la Luna y no posarse en ella.
Después de la misión Luna 24 no se produjo ningún lanzamiento de sondas soviéticas a la Luna. Sin embargo, eso no quiere decir que el programa espacial soviético se hubiese olvidado de nuestro satélite. La oficina de diseño NPO Lávochkin, encargada de la construcción de todas las sondas espaciales soviéticas, continúo desarrollando varios tipos de series lunares.
Entre 1976 y 1977 Lávochkin concibió una nueva serie de sondas lunares que bautizó MYe-8 (ME-8). Como su nombre indica, esta familia se basaba en el diseño de las sondas Ye-8. En concreto, tenían en común la etapa de descenso KTM. La familia MYe-8 debía haber estado formada por varios tipos de sondas de nueva generación: MYe8-1K, MYe8-2, MYe8-3, MYe8-5V, MYe8-5N y MYe8-1R.
La serie MYe8-1K, en un principio denominada MYe8-1, era un orbitador lunar capaz de fotografiar la Luna en alta resolución. Lo curioso del proyecto es que Lávochkin decidió emplear una cápsula para devolver la película fotgráfica a la Tierra (!), permitiendo unas resoluciones mayores que las disponibles para las cámaras digitales soviéticas de la época. Estas sondas tenían por misión fotografiar la Luna desde una órbita inicial de 500 kilómetros, para después descender hasta una órbita elíptica de 30 x 150 kilómetros. La resolución máxima sería de uno o dos metros, para lo cual se emplearía una cámara SA-34 de 200 mm de focal capaz de obtener imágenes con un tamalo de 18 x 18 cm. La sonda también incluía otra cámara SA-33 para captar el cielo estrellado -y así servir de referencia a las fotografías de la superficie lunar- con una focal de 280 mm y unas dimensiones de 7,5 x 12 cm.
Cada sonda obtendría no menos de mil fotografías que regresarían a la Tierra dentro de una cápsula esférica según el diseño original, aunque luego se cambió por otra con la forma del módulo de descenso de una nave Soyuz, pero en miniatura, una configuración que recuerda vagamente a la sonda ‘Chang’e 2,5′ que China planea lanzar dentro de poco. La misión de esta sonda duraría unos cien días.
Por otro lado, la serie MYe8-2 sería realmente espectacular. Su objetivo hubiera sido situar Lunojods de nueva generación en la superficie de nuestro satélite capaces de funcionar durante tres años. Estos flamantes Lunojods habrían sido más estilizados que sus antecesores y con una masa de 1465 kg, frente a los 756-836 kg de los Lunojods de primera generación. Su longitud habría sido de 2,04 metros y su ancho 1,90 metros (comparados con los 2,22 x 1,6 metros de los Lunojods antiguos). Cada rueda habría tenido un ancho de 23 cm y un diámetro de 73 cm. Además de contar con instrumentos mejorados, los MYe8-2 habrían estado dotados de un brazo robot y, en algunas misiones, de un taladro especial para perforar la superficie lunar hasta tres metros y recoger muestras que luego serían devueltas a la Tierra mediante las sondas MYe8-5V.
Las MYe8-5V, en un principio denominadas MYe8-4, serían sondas de retorno de muestras parecidas a las Ye-8-5, pero en vez de poseer un taladro para recoger regolito estarían dotadas de un brazo articulado que retiraría las muestras capturadas por un Lunojod Mye8-2 lanzado previamente. De esta forma Lávochkin daba un paso adelante para fusionar sus dos programas de sondas lunares más exitosos. Las MYe8-5V podían funcionar durante un mes y tenían una etapa superior de 700 kg (comparados con los 550 kg de las Ye-8-5) con una cápsula de 50 cm de diámetro (igual que las Ye-8-5) donde irían situadas las muestras.
Eso sí, a diferencia de las Ye-8-5, la etapa superior de estas sondas no se dirigiría directamente a la Tierra, sino que primero se situaría en una órbita lunar. De este modo se podrían recoger muestras desde una zona mucho más amplia de la superficie de nuestro satélite, una de las mayores limitaciones con la que tenían que lidiar las viejas Ye-8-5. Y es que para facilitar el retorno de muestras mediante un ascenso directo, las Ye-8-5 solamente podían alcanzar una parte limitada de la cara visible. La combinación de Lunojods MYe8-2 y sondas de retorno de muestras MYe8-5V recibió el nombre de Complejo Lunar número 2, o LK-2.
El Complejo Lunar 1, o LK-1, habría estado formado también por Lunojods de nueva generación MYe8-2 y sondas MYe8-3. Estas últimas habrían sido similares a las sondas de recogida de muestras, pero carecían de una etapa superior con cápsula. En su lugar tendrían varios instrumentos científicos para analizar en profundidad las muestras recogidas por los Lunojods, además de sismómetros y un taladro capaz de alcanzar tres metros de profundidad. Las MYe8-3 incorporarían además instrumentos astronómicos como radiotelescopios, que serían desplegados usando el brazo robot del Lunojod. Estas sondas alunizarían cerca de los Lunojods gracias a la ayuda de un radiofaro que transportarían los vehículos.
Además del LK-1 y el LK-2, Lávochkin también contempló la posibilidad de crear el Complejo Lunar 3 o LK-3, formado por las sondas MYe8-5N y MYe8-1R. La MYe8-5N, al principio bautizada como MYe8-5, era una sonda de recogida de muestras casi idéntica a la MYe8-5V, pero su objetivo era nada más y nada menos que traer regolito lunar de la cara oculta de nuestro satélite. La cápsula de retorno de muestras tendría un diámetro inferior, 30 centímetros, y la duración de la misión sería de un mes aproximadamente. Con el fin de lograr una comunicación permanente con esta nave a pesar de estar en la cara oculta primero se debía lanzar un mes antes una sonda MYe8-1R. Las MYe8-1R, al principio conocidas como MYe8-6, eran orbitadores que se situarían en una órbita inicial de 500 kilómetros con una inclinación de 23º. Posteriormente reducirían la altura mínima hasta alcanzar los 30-35 kilómetros de altura sobre el lugar previsto del aterrizaje de la sonda MYe8-5N para estudiar su perfil geográfico y garantizar un descenso seguro para la misma. Una vez completado este objetivo aumentarían su órbita hasta los 500 x 6000 kilómetros con el fin de lograr una cobertura idónea del lugar de alunizaje en la cara oculta. Después de que las muestras hubieran sido lanzadas hacia a Tierra, la nave reduciría la altura máxima de su órbita hasta los 1500 kilómetros para efectuar mediciones del complejo campo gravitatorio de la Luna.
Según los planes de Lávochkin, en 1980 tendrían que haberse lanzado los complejos LK-3 en la cara oculta de nuestro satélite, formados cada uno de ellos por dos sondas de recogida de muestras MYe8-5N y dos orbitadores MYe8-1R. En 1981 se habría lanzado el primer Lunojod MYe8-2, al que se habría sumado al año siguiente una sonda pesada MYe8-3 para formar el primer complejo LK-1. El segundo LK-1 habría llegado a la Luna en 1987. En 1982 debían haberse lanzado dos complejos LK-2, compuestos por dos Lunojods MYe8-2 y dos sondas de recogida de muestras MYe8-5V, mientras que en 1989 se habría lanzado un único LK-2. Por último, en 1985 deberían haber despegado dos orbitadores MYe8-1K para cartografiar nuestro satélite en alta resolución.
El segmento orbital de este programa tan ambicioso evolucionó en 1978 para hacer hueco a la 182Ye (182E), una sonda con una masa de 4300 kg, incluyendo 435 kg de instrumentos científicos. La 182Ye habría incorporado elementos de diseño de misiones previas a Venus y a Marte y su misión sería observar nuestro satélite desde una órbita de cien kilómetros de altura y 85º de inclinación durante tres meses, para luego quedar situada en una órbita de 300 x 1500 kilómetros y analizar así el campo gravitatorio lunar. La duración completa de la misión sería de un año.
Este proyecto dejó paso en 1982 a la nueva generación de sondas UMVL. Estas sondas debían formar una familia de naves capaces de estudiar Marte, la Luna y Venus -de ahí las siglas del nombre-, unificando así los distintos proyectos de Lávochkin para estudiar el Sistema Solar interior. La versión UMVL para el estudio de la Luna se denominó 1L y tenía una masa de 4800 kg, de los cuales 305 kg eran instrumentos científicos. La primera misión 1L, la 1L-1, habría despegado en 1986, aunque pronto la fecha de lanzamiento se retrasó en varias ocasiones para dar prioridad a otras sondas UMVL con destino a Marte, las Fobos 1 y Fobos 2. NPO Lávochkin intentó internacionalizar el proyecto y lanzarla en 1992 con el nombre Luna-92, pero sin mucho éxito. Pero por entonces la Unión Soviética ya había dejado de existir y, con ella, la posibilidad de hacer realidad este programa de sondas espaciales.
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