Usando el Lunojod soviético para mover cosmonautas por la Luna

Todos conocemos la aventura de los todoterrenos soviéticos Lunojod, unos vehículos robóticos que en los años 70 recorrieron la Luna en dos ocasiones. Lo que no es tan conocido es que estas sondas no tripuladas fueron diseñadas originalmente para transportar cosmonautas por la superficie lunar, de forma parecida al rover LRV de las misiones Apolo.
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Un cosmonauta usando el Lunojod como vehículo de transporte (Novosti Kosmonavtiki).
El embrión del programa Lunojod, conocido inicialmente como Ye-8 (Е-8 en ruso), nació a principios de los años 60 dentro de la oficina OKB-1 de Serguéi Koroliov como un proyecto para permitir el traslado de los cosmonautas por la superficie de la Luna en las futuras misiones lunares que por entonces se estaban planeando. Al igual que el resto de elementos de las misiones tripuladas de la OKB-1, los vehículos Ye-8 debían incorporar un alto grado de automatización para permitir llevar a cabo misiones sin necesidad de intervención humana.
Pero todos los planes relacionados con sondas automáticas de la OKB-1 fueron transferidos a la oficina de diseño Lávochkin en 1965, por entonces dirigida por Georgui Babakin. La OKB-1 simplemente no daba a basto con tanto trabajo. El 30 de febrero de 1965 el gobierno soviético ordenó el desarrollo del proyecto Ye-8 y a principios de 1966 se concretó su diseño con dos objetivos primordiales en mente. Por un lado, los Lunojod debían servir para explorar las zonas de alunizaje antes de la llegada de los cosmonautas. Por otro, también funcionarían como transporte para evitar la fatiga de la tripulación. De acuerdo con el programa lunar N1-L3 de la OKB-1, el módulo lunar LK (11F94) aterrizaría con un cosmonauta a bordo pocos minutos después de desechar su etapa de descenso Blok-D mientras su compañero esperaba en órbita lunar a bordo de la Soyuz LOK. El único tripulante descendería de la cabina presurizada del LK enfundado en su escafandra Krechet y estudiaría las proximidades de la zona de aterrizaje.
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Maqueta del LK en el Museo de la Cosmonáutica de Moscú (Eureka).
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Módulo lunar LK del programa N1-L3.
Puesto que este plan era considerado demasiado arriesgado, se sugirió lanzar primero un LK no tripulado mediante un cohete N1 que serviría como vehículo de reserva en caso de que el LK con el cosmonauta sufriese algún problema. Para trasladar al cosmonauta de un módulo lunar al otro estaba previsto usar un Lunojod que previamente habría sido enviado a la zona para estudiar sus características. Precisamente, el Lunojod debería desplegar varios radiofaros para guiar el descenso del primer LK hacia una zona segura (el segundo LK usaría estos radiofaros u otros a bordo del primer LK).
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El LK también debía desplegar una serie de sondas y vehículos automáticos (Novosti Kosmonavtiki).
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Modelo del Lunojod en el Museo de la Cosmonáutica de Moscú (Eureka).
El Ye-8 en su configuración de 1966 tenía una masa de 1600 kg en la superficie lunar, de los cuales unos 700 kg correspondían al vehículo con ruedas (en el diseño final, la masa final fue de unos 1900 kg, con 756 kg para el Lunojod 1 y 836 kg para el Lunojod 2). Sería lanzado por un Protón-K de la OKB-52 de Cheloméi y usaría una etapa superior Blok-D de la OKB-1 de Koroliov, desarrollada para las misiones Zond/7K-L1 y N1-L3. En principio se esperaba una vida útil de tres meses para los primeros ejemplares, una limitación que respondía principalmente a la necesidad de mantener continuamente en funcionamiento el sistema de regulación de temperatura del compartimento presurizado (la ‘bañera’ del Lunojod). Con el fin de paliar las bajas temperaturas de la noche lunar el Lunojod llevaría incorporado un calentador por radioisótipos (RHU) a base de polonio-210.
El Lunojod grabaría el alunizaje del primer LK e inspeccionaría su estado tras el descenso. Sólo entonces se daría luz verde al lanzamiento de la misión tripulada. Posteriormente también retransmitiría a la Tierra el descenso del LK tripulado usando las cámaras de televisión del Lunojod. ¡Un alunizaje filmado en directo desde la superficie lunar! Eso sí que habría sido algo digno de ver. Durante el transcurso de la misión el tripulante se montaría en el Lunojod para explorar la zona o para viajar hasta el LK de reserva. Cierto es que el cosmonauta no se despeinaría en los recorridos, y no tanto por la ausencia de atmósfera en nuestro satélite como por la velocidad máxima de 1,5 km/h que sería capaz de alcanzar el Lunojod sobre la Luna. Ciertamente, una marca nada impresionante, pero no olvidemos que su cometido principal era actuar como sistema de emergencia.
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Boceto del Lunojod de 1966. El vehículo sólo tiene cuatro ruedas (Novosti Kosmonavtiki).
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El Lunojod usaría radiofaros para guiar al primer LK hacia la superficie (en la imagen marcados por el número ’1′) y filmaría el descenso del LK tripulado. Dibujo de NPO Lávochkin de 1966 (Novosti Kosmonavtiki).
Con el fin de llevar al cosmonauta el Lunojod tendría una plataforma en la parte trasera donde éste viajaría de pie. Allí estarían situados los controles para conducir el aparato, aunque también podría ser guiado desde la Tierra si el cosmonauta se encontraba desorientado o indispuesto. El tripulante sería capaz de usar el sistema de comunicaciones del todoterreno para comunicarse con el control de la misión.
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En caso necesario, el cosmonauta usaría el Lunojod para viajar hasta el LK de reserva (Novosti Kosmonavtiki).
Pero este no era el único papel que el Lunojod estaba destinado a jugar en el programa de alunizaje N1-L3. En misiones posteriores se propuso mandar un hábitat lunar formado por la etapa de descenso del Lunojod y un módulo presurizado de 800 kg que ocuparía el espacio reservado para el vehículo con ruedas. De esta forma se podría aumentar la reducida capacidad de soporte vital del LK (seis horas sobre la superficie en las primeras misiones) y aumentar así la duración de las expediciones lunares, aunque ciertamente el pequeño módulo presurizado no sería para tirar cohetes precisamente. Al igual que el resto de sondas Ye-8 y Ye-8-5 (de recogida de muestras), este hábitat sería lanzado mediante un Protón-K/Blok-D.
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Hábitat lunar que usaría un módulo presurizado sobre la etapa de descenso de un Ye-8 (Novosti Kosmonavtiki).
También se planeó construir un vehículo presurizado a partir del Lunojod capaz de llevar al cosmonauta en su interior, quien podría explorar la superficie lunar usando una serie de instrumentos y brazos robot. El rover también incorporaría sistemas de soporte vital que aumentarían la duración de las excursiones lunares (en principio de solamente dos horas para las primeras misiones).
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Vehículo presurizado basado en la tecnología del Lunojod (Novosti Kosmonavtiki).
Finalmente se construyeron cuatro Lunojod y se lanzaron tres. El primero, Ye-8 nº 201, se desintegró junto con su lanzador el 19 de febrero de 1969. El segundo, Ye-8 nº 203, se convertiría en el Lunojod 1 (Luna 17) al alunizar con éxito en noviembre de 1970. El Lunojod 2 (Ye-8 nº 204) también alcanzaría la Luna en enero de 1973. El cuarto debió haber alcanzado el espacio en 1977 durante la misión Luna 25, pero las autoridades soviéticas prefirieron que se quedase en tierra y hoy en día se puede admirar en el museo de NPO Lávochkin en Moscú. No obstante, ninguno de estos Lunojod se usó para llevar cosmonautas de un lado a otro de la superficie lunar. La cancelación del programa de alunizaje N1-L3 y, posteriormente, del LEK en favor del sistema Energía-Burán dieron al traste con los sueños de usar esta robusta sonda como vehículo de transporte.
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Otra recreación del uso del Lunojod como transporte (Novosti Kosmonavtiki).

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