Progresos con la sonda lunar china Chang’e 5

Mientras la sonda Chang’e 3 continúa mandando datos a cuenta gotas desde la superficie lunar, China sigue adelante con la ambiciosa misión Chang’e 5. Esta sonda, que debe ser lanzada en 2017, traerá a la Tierra muestras del suelo lunar (la Chang’e 4 será básicamente una repetición de la Chang’e 3). Pero no lo hará directamente.
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Sonda de recogida de muestras lunares Chang’e 5.
La Chang’e 5 despegará mediante un cohete Larga Marcha CZ-5 desde el centro espacial de Wenchang y, una vez alcanzada la órbita lunar, se separará en dos vehículos. Uno permanecerá en la órbita mientras el módulo de descenso -basado en la Chang’e 3- aluniza sobre la superficie lunar. Una vez recogidas las muestras, el módulo de ascenso despegará y se situará en órbita lunar, donde buscará al módulo orbital y se acoplará con él. Las muestras serán transferidas a un módulo de reentrada y después el módulo de ascenso quedará abandonado en órbita lunar. Tras poner rumbo a la Tierra, el módulo de reentrada se separará del módulo orbital y la cápsula con las muestras descenderá sobre territorio chino.
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Misión de la Chang’e 5.
Este enrevesado sistema contrasta con el esquema simple de ascenso directo de las sondas soviéticas de la serie Ye-8-5. Sin embargo, esta complejidad garantiza el poder acceder a casi cualquier punto de la superficie lunar, dotando a la misión de una enorme flexibilidad. Otro punto a tener en cuenta es que la forma del módulo de reentrada es una versión a escala de la cápsula de la nave tripulada Shenzhou. Aunque las semejanzas quedaron patentes cuando pudimos ver los primeros diseños de la misión, una reciente foto de la cápsula confirma que se trata de una réplica casi exacta, incluyendo los dos contenedores para los paracaídas principal y de reserva que caracterizan el diseño de la Shenzhou y de la Soyuz. Esta similitud tiene su razón de ser, ya que de esta forma los ingenieros chinos se ahorrarán mucho tiempo y dinero al usar una forma cuyas características aerodinámicas conocen a la perfección.
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La cápsula de la Chang’e 5 y la Chang’e 2.5 es similar al módulo de descenso de la Shenzhou (www.spacechina.com).
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Pruebas del paracaídas de la cápsula de muestras (www.spacechina.com).
Pero, por otro lado, a nadie se le escapa que de esta forma también se allana el camino para una posible misión tripulada china a la Luna. Y no necesariamente a su superficie, ya que China cuenta con la tecnología para realizar un vuelo tripulado de circunnavegación lunar similar a las misiones soviéticas Zond/7K-L1.
En cualquier caso, las dificultades técnicas de la misión Chang’e 5 son tan formidables que China llevará a cabo a finales de año la misión intermedia Chang’e 2.5, que volará alrededor de la Luna para probar la reentrada de la cápsula a la velocidad de escape, es decir, 11 km/s frente a los 8 km/s de una misión en órbita baja terrestre (la sonda ha recibido el apodo Chang’e 2.5 por combinar elementos de las misiones Chang’e 2 y Chang’e 5). En esta misión la cápsula transportará bacterias y otros especímenes biológicos para estudiar su respuesta al ambiente de alta radiación fuera de la órbita baja, otro objetivo con una clara aplicación para los vuelos tripulados.
Y es que si todo va bien, antes de que este año finalice veremos cómo una cápsula espacial aterriza en China después de haber dado una vuelta a la Luna. Estaremos muy atentos.
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Pruebas del despliegue de paracaídas de la cápsula.
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Estado del diseño actual de la Chang’e 5 (CLEP).

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