Diez motivos por los que el cometa Churyumov-Gerasimenko es un lugar fascinante
La sonda Rosetta nos está mostrando por primera vez detalles sin precedentes de un cometa. Nunca antes habíamos visto un pequeño mundo de este tipo tan de cerca y, lógicamente, estamos descubriendo características fascinantes del cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko. Veamos unas cuantas.
1- Dunas y viento en un mundo sin atmósfera
Una de las grandes sorpresas de la misión ha sido el descubrimiento de dunas y otros depósitos eólicos. Estos depósitos son abundantes en Hapi, como se ha bautizado la región del cuello que separa los dos lóbulos en los que se divide el núcleo. Pero, ¿cómo puede existir viento en un mundo sin atmósfera? Pues se debe a que un cometa no es un mundo estático, sino que emite grandes cantidades de gases y de polvo a medida que el hielo se sublima cada vez que pasa cerca del Sol. Es decir, Chury crea su propia atmósfera cada vez que pasa por el perihelio. Y no solo hablamos de dunas. Rosetta también ha visto lo que parecen ser avalanchas y pequeños desplazamientos de material, y eso a pesar de que el cometa todavía no se encuentra en el perihelio (el punto más cercano al Sol).
2. Un cometa más ligero que el corcho
Chury no es un cuerpo macizo, sino que se trata de una mezcla de hielo de agua, roca y sustancias orgánicas con una densidad de tan solo 470 ± 45 kg/m³. O sea, menos de la mitad de la densidad del agua líquida y por debajo de la del corcho (que tiene una densidad de 400–1500 kg/m³). Esto nos indica que el núcleo debe ser poroso y estar repleto de huecos, aunque su estructura interna es, a la espera de más datos del instrumento CONSERT, objeto de debate en estos momentos. Esta densidad implica que el 80% del cometa debe estar vacío, pero no se sabe si los huecos son microscópicos o si estamos hablando de grandes oquedades y cuevas en el interior del cometa (esto último sería impresionante, sin duda).
3. Un mundo con estaciones extremas
Chury tarda seis años terrestres en dar una vuelta al Sol, pero su órbita es mucho más excéntrica que la de nuestro planeta. Esto provoca que haya diferencias de hasta 150º C entre las temperaturas superficiales medias en el perihelio y en el afelio. Ahora bien, el eje de rotación de Chury se halla inclinado con respecto a la eclíptica y, como en la Tierra, es esta característica la causante de las estaciones. Pero el eje de Chury está inclinado 53º en vez de los 23º de nuestro planeta, por lo que, si sumamos este hecho a la elevada excentricidad de su órbita, las estaciones son realmente extremas. El hemisferio norte tiene un verano largo, aunque no muy ‘caluroso’. Por el contrario, el hemisferio sur posee un verano de tan solo diez meses, pero al coincidir con el perihelio es excepcionalmente caliente. En estos momentos el hemisferio sur se encuentra en sombras, por lo que su temperatura media ronda los gélidos -250º C (o sea, 23 K). Por contra, las temperaturas más altas medidas el pasado septiembre alcanzaban unos ‘templados’ -83º C.
4. Los impresionantes acantilados Hathor
El cometa 67P posee unos acantilados de 900 metros de altura en la región del cuello del núcleo. Puede que los acantilados Hathor no sean tan imponentes como los Verona Rupes de Miranda, los acantilados más altos del sistema solar, pero proporcionalmente son mucho más espectaculares. Por otro lado, la forma irregular de Chury hace que sea muy difícil determinar la vertical local. El potencial gravitatorio es muy caprichoso en este cometa y zonas que parecen verticales a primera vista luego no lo son tanto. Chury es un mundo donde tu oído interno y tus ojos no se pondrían siempre de acuerdo.
5. Un mundo más oscuro que el carbón
A pesar de lo que uno pudiera pensar al ver las imágenes de Rosetta, Chury es, literalmente, más oscuro que el carbón. Su albedo es de solo el 6%, gracias a la enorme cantidad de sustancias orgánicas que cubren su superficie. Cierto es que no es más oscuro que otros cometas visitados previamente, como por ejemplo el Halley, pero es un hecho que no deja de sorprendernos. No en vano por algo se dice que los cometas son bolas de nieve sucias.
6. Un cometa que se evapora (bueno, se sublima)
Lógicamente, como todo cometa que se precie, Chury pierde masa cada vez que pasa por el perihelio por la sublimación del hielo. El pasado junio, cuando Rosetta se aproximaba al cometa el núcleo perdía solamente 0,3 litros de agua por segundo, una cantidad que se incrementó a 1,2 litros por segundo a finales de agosto. Pero a medida que llegue el verano el desgaste será mayor. Se estima que el hemisferio sur perderá de media unos veinte metros superficiales, mientras que el desgaste en el hemisferio norte será de diez metros. Eso sí, no de forma uniforme. La región del cuello, poco iluminada, no tendrá estos niveles de desgaste. En total, por cada paso por el perihelio Chury pierde entre 3 y 5 millones de toneladas. Parece mucho, pero no olvidemos que su masa es de diez mil millones de toneladas (1013 kg). Por otro lado, debemos recordar que Chury no emite únicamente vapor de agua. La coma -la ‘atmósfera’ que rodea el núcleo- de 67P presenta una composición muy heterogénea rica en polvo y otros gases (principalmente monóxido de carbono y dióxido de carbono), tal y como ha medido el experimento ROSINA. En concreto, las zonas de la superficie que emiten dióxido de carbono se hallan localizadas en las regiones que actualmente están poco iluminadas, algo esperado a partir de los anteriores encuentros de sondas con otros cometas.
7. Los curiosos agujeros de la superficie
La cámara OSIRIS ha detectado numerosos agujeros en la superficie de Chury. Aunque muchos chorros surgen directamente de varias zonas en la región del cuello, las fosas están ligadas con otras zonas activas, tanto presentes como pasadas. Es decir, estos agujeros es por donde escapa la mayor parte del polvo y los gases del núcleo. Por ahora no está claro si estos agujeros están relacionados con cráteres de impacto, así que su origen no está nada claro.
8. Muchas sustancias orgánicas, ¿pero dónde está el hielo?
Como comentábamos más arriba, la superficie de Chury es de color azabache por culpa de la presencia de sustancias orgánicas, cuya presencia ha sido confirmada por el instrumento VIRTIS. Pero por otro lado, hemos dicho que el cometa está emitiendo ingentes cantidades de vapor de agua al espacio. Entonces, ¿dónde está el hielo? La cámara OSIRIS y el instrumento VIRTIS apenas han localizado algunas zonas de pequeña extensión que parecen depósitos de hielo puro, ninguna con un tamaño superior a los veinte metros. Este resultado concuerda con las observaciones de otros cometas e implica que, paradójicamente, la superficie de Chury está muy deshidratada hasta una profundidad de unos pocos centímetros.
9. Una magnetosfera naciente
A medida que Chury se acerca al Sol, la actividad de su superficie aumenta y el núcleo comienza a emitir más cantidades de gas y polvo. Parte de este gas se ioniza, creando un débil campo magnético. En cuanto el instrumento RPC-ICA detectó los primeros iones procedentes del cometa se pudo comprobar como el campo magnético generado por estos fue capaz de frenar el flujo del viento solar (formado por iones procedentes del Sol) alrededor del cometa. Había nacido la magnetosfera de Chury, a una distancia de 495 millones de kilómetros (3,3 UA). No siempre se puede contemplar el nacimiento de una magnetosfera en directo.
10. Una bola de nieve polvorienta
Chury emite polvo además de gases, pero, ¿qué tamaño tienen estas partículas? El instrumento GIADA ha detectado partículas relativamente pequeñas, de entre 0,1 y varios milímetros que salen del núcleo a una velocidad de 1-10 m/s. No obstante, la cámara OSIRIS ha demostrado que existen partículas mucho mayores, de entre 4 y 2 centímetros. Vamos, que ‘polvoriento’ es un adjetivo que se queda corto. En realidad, las partículas de mayor tamaño parecen provenir de pasados pasos por el Sol y se encuentran a más de 130 kilómetros del núcleo. O sea, han permanecido en órbita alrededor de Chury desde, como mínimo, hace seis años. No obstante, las partículas de polvo que está emitiendo el cometa en estos momentos tienen un tamaño medio de 1,7 centímetros. En cuanto a la proporción de las emisiones, GIADA ha sorprendido a propios y extraños al encontrar que la coma contiene entre dos y seis veces más polvo que gases (los modelos predecían una proporción igual o menor 1:1), aunque está proporción puede que varíe a medida que nos acerquemos al perihelio. Vamos, que más que bolas de nieve sucias los cometas son bolas de nieve polvorientas.
Rosetta lleva menos de un año investigando el cometa Churyumov-Gerasimenko y ya ha llevado a cabo una enorme cantidad de descubrimientos. No cabe duda que de aquí a otro año nos dará muchas más sorpresas.
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