Las primeras observaciones del cometa Siding Spring desde Marte
El pasado domingo tuvo lugar el esperado encuentro entre el cometa C/2013 A1 Siding Spring con el planeta Marte. Recordemos que este cometa fresquito procedente de la Nube de Oort se acercó al planeta rojo a una distancia récord de unos 139 500 kilómetros, algo que sólo ocurre una vez cada ocho millones de años aproximadamente. Peeeero -siempre hay un pero cuando hablamos de cometas-, estos astros tienen la propiedad de defraudar con demasiada frecuencia a los observadores terrestres, así que los marcianos no iban a ser menos. Y es que el Siding Springs ha resultado ser un cometa mucho menos espectacular de lo esperado (¿sorpresa?). Por un lado, la actividad del cometa se redujo de forma considerable los días previos al encuentro (¿casualidad?), mientras que por otro lado su núcleo ha resultado ser más pequeño de lo esperado.
Los modelos teóricos pronosticaban un núcleo de un kilómetro de diámetro aproximadamente (por alguna razón que se me escapa, los modelos teóricos cometarios son el 99 % de las veces demasiado optimistas), pero parece ser que Siding Spring no alcanza ni los quinientos metros (eso es un error garrafal y lo demás son tonterías, sí señor). Sea como sea, el caso es que la potente cámara HiRISE a bordo de la sonda MRO apenas ha podido resolver el núcleo en dos o tres píxeles, y eso que la resolución de este instrumento era de unos increíbles 138 metros por píxel. El resultado son unas imágenes poco llamativas, pero cuidado, que esos píxeles, aunque mustios, son nada más y nada menos que el primer núcleo de un cometa primigenio de la Nube de Oort que podemos contemplar. Y muy probablemente sea el último que veremos en nuestras vidas.
Pero, ¿y desde la superficie de Marte? El primero en captar el cometa fue el pequeño rover Opportunity desde el cráter Endeavour. En las imágenes de la cámara Pancam del rover, tomadas dos horas y media después del encuentro, el cometa se pudo ver antes del amanecer en la constelación de Cetus tal que así:
Para entonces Siding Spring ya estaba a 400 000 kilómetros de Marte y se veía en el cielo a unos 50º sobre el horizonte. Vale, tampoco es nada especialmente impresionante, pero honor a la verdad hay que resaltar que la cámara Pancam tampoco es gran cosa y que el cielo marciano se encuentra en estos momentos cargado de bastante polvo en suspensión.
Pero ya basta de ser quejicas. No todos los días podemos admirar cómo un cometa de 4500 millones de años de edad pasa rozando un planeta del sistema solar a 56 km/s. Sin duda somos muy afortunados de tener la enorme suerte de disponer de siete sondas espaciales en Marte para observar de primera mano este suceso.
Y, por cierto, Curiosity también ha fotografiado al cometa, aunque te recomiendo que tampoco aguantes la respiración hasta que se publiquen las imágenes, pero esa es otra historia…
Para terminar, no podemos dejar de mencionar algunas observaciones bastantes espectaculares del encuentro… realizadas desde la Tierra. Sin ir más lejos, aquí tienes este vídeo realizado desde Tenerife:
O esta bonita estampa del cometa, Marte y la Vía Láctea obra de Steve Lee desde el Australian Astronomical Observatory:
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