El fascinante encuentro de Marte con el cometa Siding Spring
Los cuerpos menores del sistema solar son así de caprichosos. Aparece un cometa espectacular que va a pasar casi ‘rozando’ un planeta y resulta que el afortunado es Marte en vez de nuestra querida canica azul. Pero si el cometa C/2013 A1, más conocido como Siding Spring, pensaba que podía darnos esquinazo, se equivoca de pleno. Porque en Marte tenemos una flotilla de sondas espaciales que observarán este cometa desde una distancia tan pequeña que se transformarán en auténticos observatorios cometarios.
Nada más y nada menos que cinco orbitadores estudiarán el cometa simultáneamente: las protagonistas son las sondas de la NASA Mars Odyssey, Mars Reconnaissance Orbiter, MAVEN, además de Mars Express (ESA) y Mangalyaan (India). A estas sondas hay que sumarles los rovers Opportunity y Curiosity, situados en la superficie del planeta rojo. Estas siete naves contemplarán el cometa Siding Spring desde apenas 139500 kilómetros el 19 de octubre a las 18:27 UTC. ¿Que no te impresiona demasiado? Pues debería, porque es un tercio de la distancia entre la Tierra y la Luna, o lo que es lo mismo 1/35 veces la distancia a la que se aproximó el cometa IRAS-Araki-Alcock de la Tierra en 1983, el cometa de cierto tamaño que ha pasado más cerca de nuestro planeta en los últimos doscientos años. Ahí es nada. En el caso de Marte, Siding Spring sobrevolará el planeta a tan sólo seis veces la distancia de la órbita de Deimos. Es decir, Marte y su cohorte de sondas humanas se introducirá de lleno en la coma del cometa, la parte central de polvo y gas que rodea el núcleo y que suele alcanzar entre cien mil y un millón de kilómetros de diámetro.
Ahora bien, la humanidad ya ha explorado un buen puñado de cometas previamente y, sin ir más lejos, la sonda europea Rosetta está en estos momentos haciendo lo propio con el cometa Churyumov-Gerasimenko. Por lo tanto, ¿qué tiene de especial este encuentro con el cometa Siding Spring más allá de constatar que Marte ha ganado la lotería cósmica en cuestión de visitas cometarias? Pues la diferencia consiste en que el Siding Spring es un cometa fresco de la nube de Oort, es decir, es la primera vez que se acerca al sol después de su formación hace 4500 millones de años. O sea, tendremos la suerte de poder contemplar un pedazo prístino de la creación del sistema solar a una distancia mínima. El resto de cometas estudiados por sondas espaciales han pasado repetidas veces por el sistema solar interior y posiblemente sean muy diferentes a Siding Spring. ¿Cómo de diferentes? Nadie lo sabe. He ahí el quid de la cuestión. Todos los núcleos cometarios que conocemos son negros como el carbón debido a la enorme cantidad de sustancias orgánicas que presentan. Quizás Siding Spring sea distinto y tenga una proporción diferente de volátiles (hielos) y compuestos orgánicos. O quizás no.
Este encuentro nos ofrece una oportunidad única para estudiar este cometa, pero paradójicamente también supone un riesgo para las sondas que se encuentran en Marte. Los rovers Opportunity y Curiosity están protegidos por la tenue atmósfera del planeta rojo, pero no ocurre lo mismo con las naves en órbita. Y la cuestión no es baladí. Aunque la coma de Siding Spring no es muy densa, las partículas cometarias se desplazarán con respecto a Marte a una velocidad relativa de 56 km/s (!), así que cualquier precaución es poca. De hecho, las distintas agencias espaciales han maniobrado sus sondas para que cuando Marte cruce la órbita del cometa, éstas estén situadas en la parte opuesta del planeta. El temido cruce del plano tendrá lugar unos 95 minutos después de que el cometa haya alcanzado la mínima distancia con Marte, así que las observaciones científicas serán compatibles con la integridad de los vehículos.
Pero, ¿qué podrán ver las distintas sondas? La cámara más potente que tenemos en Marte es la HiRISE de la sonda MRO. Este avanzado telescopio dejará de apuntar a la superficie de Marte durante el encuentro y será capaz de resolver el núcleo de Siding Spring. No sabemos el tamaño exacto del núcleo, pero se calcula que rondará el kilómetro de diámetro. En ese caso, HiRISE podrá visualizar el núcleo con una longitud de unos siete píxeles como mucho (la resolución de la cámara será de 140 metros/píxel). Vale, no es gran cosa, ¡pero será el primer núcleo procedente de la Nube de Oort que podremos ver directamente! (y, tal como están las cosas, también puede ser el último que veamos en nuestra vida). La cámara HRSC de la sonda Mars Express también será capaz de ver el núcleo directamente, pero no podrá resolverlo (su resolución máxima durante el encuentro será de 1,3 kilómetros por píxel).
Además de HiRISE, los investigadores tienen puestas muchas esperanzas en el resto de instrumentos que equipa a esta flotilla de sondas. Por ejemplo, los espectrómetros CRISM de la MRO (con una resolución de 8 kilómetros/píxel) y OMEGA-VIS de la Mars Express analizarán en detalle la composición de Siding Spring, a la vez que la cámara THEMIS de la Mars Odyssey analizará la coma en el infrarrojo. Además, los radares MARSIS de la Mars Express y SHARAD de la MRO estudiarán la interacción del cometa con la ionosfera planetaria y hasta puede que detecten alguna que otra partícula cometaria chocando directamente con las antenas. Y, hablando de ionosfera, tenemos la inmensa suerte de que este encuentro se produce unas pocas semanas después de que tanto la sonda india Mangalyaan como la MAVEN de la NASA hayan llegado a Marte, ya que ambas están diseñadas específicamente para estudiar las capas exteriores de la atmósfera marciana. Uno de los misterios que deben resolver estas sondas tiene que ver con otros impactos o encuentros de cometas. Determinando la proporción de ciertos isótopos presentes en el cometa Siding Spring podremos saber la frecuencia con la que Marte ha sido visitado por ‘cometas oortianos’ en el pasado.
Ah, y una cosa más. Aunque la mayor parte de modelos teóricos predicen lo contrario, es posible que al pasar Marte por el plano orbital de Siding Spring se produzca una fuerte lluvia de meteoros, así que Opportunity y Curiosity puede que disfruten de un doble espectáculo. Y literalmente, porque debemos recordar que los meteoros se producen en nuestro planeta cuando las partículas de polvo interplanetario se consumen a 80-120 kilómetros de altura. Pero lo curioso del caso es que esa densidad atmosférica en Marte se corresponde con la superficie. Es decir, ¡en el planeta rojo los meteoros se producen casi a ras de suelo! Vamos, que allí una ‘lluvia de meteoros’ puede ser una expresión literal. Por si acaso, la Mars Express intentará buscar pruebas de estos meteoros rasantes desde la órbita. El próximo 19 de octubre el cometa Siding Spring se levantará majestuoso sobre el horizonte marciano (por la mañana para Oppy y por la tarde para Curiosity). Y, aunque no estemos allí en persona, nuestros emisarios robóticos nos informarán debidamente de esta maravilla celeste.
Comentarios
Publicar un comentario