El primer planeta de la misión Kepler K2

El pasado mayo el telescopio espacial Kepler comenzó la misión K2, un intento de sacar provecho científico de este observatorio, fuera de servicio desde que se quedó con sólo dos volantes de inercia en 2013. Kepler ha detectado miles de exoplanetas mediante el método del tránsito apuntando continuamente a una región del cielo. No obstante, para esta tarea se requiere un mínimo de tres volantes de inercia. Pero en vez de abandonar el telescopio a su suerte, la NASA decidió buscar otras aplicaciones para Kepler y, como resultado de este esfuerzo, nació la misión K2. Y estamos de enhorabuena, porque se acaba de anunciar el primer planeta extrasolar descubierto en esta nueva etapa.
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Campañas de observación de K2 (Howell et al.).
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Campos de observación durante un año de la misión K2 (Howell et al.).
Durante la misión K2 el telescopio, situado en órbita solar, apunta a una dirección tangente a la de su órbita para usar la presión de radiación de la luz solar como una especie de volante de inercia adicional para mejorar la precisión del apuntado, de tal forma que la precisión fotométrica de la misión es casi idéntica a la original. El problema es que para emplear la presión de radiación Kepler no puede apuntar continuamente a la misma región del cielo y debe cambiar de zona cada 83 días aproximadamente, con lo que la precisión de los datos es mucho menor.
Sea como sea, el nuevo planeta se llama HIP 116454 b y es una supertierra con un tamaño 2,53 veces el terrestre que se halla a 180 años luz del Sol. O sea, aquí al lado comparado con los miles de años luz de distancia de las estrellas del campo primario de Kepler. HIP 116454 b gira muy cerca de su estrella, que es más pequeña que el Sol (tipo espectral K), con un periodo de tan sólo 9,1 días. Kepler observó un único tránsito del planeta el pasado febrero durante los nueve días que duraron las pruebas preliminares de la misión K2. El telescopio midió el brillo de unas dos mil estrellas, pero lo bueno de esta nueva etapa es que la mayoría de estas estrellas son mucho más brillantes que las de la primera fase de la misión, por lo que son susceptibles de ser estudiadas por telescopios terrestres en detalle. Y dicho y hecho. El exoplaneta también ha podido ser detectado mediante el método del tránsito por los instrumentos SuperWASP-N (La Palma) y SuperWASP-S (Sudáfrica), además del minisatélite MOST (Microvariability and Oscillations of STars). Y no sólo eso, el espectrógrafo HARPS-N del Telescopio Nazionale Galileo (La Palma) lo pudo detectar mediante el método de la velocidad radial, por lo que también sabemos que HIP 116454 b tiene una masa de 11,82 veces la terrestre.
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Diagrama radio-masa para el exoplaneta en función de su composición (A. Vandenburg et al.).
En definitiva, Kepler es ahora capaz de detectar supertierras alrededor de estrellas brillantes con un único tránsito (siempre y cuando los observatorios terrestres puedan confirmar el descubrimiento), lo que significa que HIP 116454 b es el primer mundo de muchos que vendrán en esta nueva etapa. De aquí a 2016 se calcula que Kepler K2 podrá descubrir hasta cien nuevas supertierras y planetas rocosos. Y es que aunque Kepler ya no sea capaz de descubrir exotierras, todavía tiene muchas sorpresas guardadas en la manga.

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