Nuevas reflexiones sobre la habitabilidad de Marte
Mientras Curiosity continúa rodando por el cráter Gale, se acaba de publicar en el último número de Science un especial sobre la habitabilidad de Marte. El especial incluye varios artículos sobre los últimos resultados de Curiosity… y de Opportunity. Con respecto a los descubrimientos de Curiosity hay pocas novedades con lo que ya vimos el pasado diciembre, pero el viejo rover Opportunity sí que viene fuerte. Sí, ya sé que la bitácora es de Curiosity, pero me vais a permitir que hoy le cedamos la palabra al veterano robot. Merece la pena.
El artículo basado en los nuevos resultados de Oppy confirma lo que ya habían apuntado los miembros de su equipo científico en varios congresos. La región del borde del cráter Endeavour que actualmente está estudiando el infatigable rover fue habitable en el pasado. Y todo gracias a la presencia de agua líquida ligeramente ácida o con un pH neutro. Es decir, condiciones más favorables a la vida microbiana que las que presentaron otras zonas de Meridiani Planum situadas más al norte e investigadas por Opportunity desde 2004, cubiertas en el pasado por agua muy ácida o con exceso de sulfatos (condiciones que hubiesen puesto contra las cuerdas al más resistente de los extremófilos terrestres conocidos). Recordemos que Opportunity confirmó recientemente la presencia de arcillas (esmectitas) en el cráter Endeavour después de que el espectrómetro CRISM de la sonda MRO hubiese detectado estos minerales desde la órbita. La región que está estudiando Opportunity podría remontarse a la antigua y misteriosa Era Noeica (hace más de 3700 millones de años), cuando se cree que Marte fue habitable. Los datos de Opportunity son cruciales porque nos aportan información sobre una segunda región marciana potencialmente habitable situada a miles de kilómetros del cráter Gale.
En cuanto al resto de artículos de Science, éstos sí dedicados a Curiosity, señalan que el cráter Gale fue una zona en la que pudieron vivir microorganismos quimiosintéticos gracias a las corrientes de agua, lagos y acuíferos subterráneos. Las rocas del cráter Gale estudiadas por Curiosity parecen ser más modernas que las estudiadas por Oppy y se remontarían a la Era Hespérica (entre hace 3700 y 1800 millones de años), cuando el planeta se vio sometido a violentos episodios volcánicos y el clima cambió radicalmente. Hasta hace poco se pensaba que la Era Hespérica había sido mucho menos favorable para la vida que la Era Noeica, pero los resultados de Curiosity podrían desafiar este modelo. En definitiva, se refuerza la hipótesis de que el cráter Gale albergó en el pasado un lago durante millones de años, un lago con agua poco salina y de pH neutro que permitió la formación de arcillas (también esmectitas) cuando el clima marciano era mucho más frío y, paradójicamente, seco que en la Era Noeica.
Otro de los artículos toca el espinoso tema de las sustancias orgánicas. Curiosity fue mandado al planeta rojo para descubrir compuestos basados en el carbono, pero hasta el momento no ha detectado ninguno. Los percloratos presentes en el suelo marciano y la radiación destruyen cualquier materia orgánica que pudiera estar presente en la superficie. Pero, ¿y dentro de las rocas? Los análisis de los materiales extraídos revelan monóxido de nitrógeno y dióxido de carbono, compuestos que podrían haberse originado a partir de sustancias orgánicas nativas… O quizás no. Una vez más, el estudio no desecha una posible contaminación por sustancias orgánicas de origen terrestre presentes en los instrumentos de Curiosity.
Precisamente, otro de los artículos toca el tema del impacto de la radiación sobre las posibles sustancias orgánicas y determina que en un periodo de 650 millones de año las moléculas orgánicas complejas verían reducido su número unas mil veces. A este respecto, vale la pena recordar que las rocas del cráter Gale analizadas por Curiosity quedaron expuestas a la superficie hace unos 80 millones de años por culpa de la erosión eólica, así que, de existir, es posible que aún retengan sustancias orgánicas en su interior. En definitiva, no debemos rendirnos. Spirit y Opportunity fueron enviados a Marte hace diez años para descubrir pruebas de la presencia de agua líquida en la superficie. Cuando lo lograron, los científicos pasaron a buscar distintos ambientes acuosos. Y también lo lograron. Curiosity y Opportunity ya han demostrado que el Marte antiguo fue habitable. Ahora la cuestión gira alrededor de las sustancias orgánicas. Es posible que en poco tiempo tengamos una respuesta.
Citando a John Grotzinger, el científico jefe de Curiosity, “estos resultados demuestran que el Marte antiguo fue habitable, lo cual no quiere decir que estuviese habitado”. Obviamente, me permito añadir. Grotzinger es partidario de que las misiones futuras -¿elrover de 2020?- busquen microfósiles de posibles organismos marcianos. Así es la exploración de Marte, de buscar agua hemos pasado a buscar directamente vida.
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