Un nuevo tipo de satélite militar norteamericano para espiar otros satélites
Su nombre es GSAP (Geosynchronous Space Situational Awareness Program) y se trata de un nuevo tipo de satélite espía cuya existencia ha sido recientemente desclasificada. El sistema GSAP estará formado por dos satélites que deben ser lanzados este año para vigilar los objetos artificiales que orbitan nuestro planeta. Estarán situados cerca de la órbita geoestacionaria (GEO), a 36000 kilómetros de la Tierra, y su fabricación correrá a cargo de la empresa Orbital Sciences.
De acuerdo con el Pentágono, el sistema GSAP servirá para inspeccionar objetos de la órbita geoestacionaria, una zona donde se encuentran todo tipo de satélites meteorológicos, de comunicaciones… y militares (alerta temprana, vigilancia electrónica, etc.). Dicho de otro modo: todo indica que GSAP se dedicará realmente a espiar de cerca otros satélites situados en GEO e incluso puede que cuente con la capacidad de interferir algunos de sus sistemas, aunque este último punto es mera especulación. Y es que el programa ha sido desclasificado, pero no su verdadera misión ni características. A más de uno todo esto puede que le parezca una especie de déjà vu, porque GSAP se parece mucho -pero mucho, mucho- a un hipotético programa de satélites espías de los años 90 denominado Prowler, un programa cuya existencia nunca ha sido reconocida por el Pentágono.
Según el general William Shelton, que dio a conocer la existencia del sistema GSAP hace unos días, en 2016 se lanzarán otros dos satélites mediante cohetes Delta IV para formar una red de cuatro vehículos que estará controlada desde la Base Aérea Schriever en Colorado. Los GSAP orbitarán la Tierra ligeramente por encima o por debajo de la órbita geoestacionaria para moverse a lo largo de toda ella a discreción mientras se dedican a espiar satélites de otras naciones a cierta distancia. Evidentemente, para poder viajar por la órbita geoestacionaria y acercarse a sus objetivos deberán ser bastante maniobrables.
Según el Pentágono, el sistema GSAP permitirá proteger el enorme número de satélites militares estadounidenses situados en GEO, incluyendo los SBIRS de alerta temprana o los gigantescos Orión/Mentor de vigilancia electrónica. Cómo unos satélites espía serán capaces de proteger otros satélites es todo un misterio y con toda probabilidad se trata de una forma de desviar la atención de la naturaleza ‘intrusiva’ de los GSAP. El reconocimiento de la existencia de este programa plantea varias incógnitas. La primera es cómo van a reaccionar otras potencias espaciales -aliadas o no- ante un programa dedicado a espiar -y quizás interceptar en caso de conflicto- sus vehículos espaciales. No hace falta ser muy listo para imaginar que, por poner un ejemplo, a China no le hará ninguna gracia que sus satélites puedan ser analizados de cerca por los EEUU. Puesto que la inspección cercana de un satélite enemigo puede ser considerado un acto hostil, seguramente los GSAP estarán dotados de instrumentos electro-ópticos avanzados que permitan un reconocimiento relativamente lejano.
La segunda cuestión es por qué la Fuerza Aérea ha decidido desclasificar un programa que todavía no está operativo. En este último caso, la respuesta podría ser que el Pentágono sabe que los GSAP serán detectados y vigilados por aficionados u otras naciones y no quieren levantar más polémica de la necesaria. Otro misterio es la relación de GSAP con el Prowler original, aunque existen rumores de que este nuevo programa estaría basado en realidad en el programa MiTEx (Micro-satellite Technology Experiment) desarrollado hace unos años por la agencia militar DARPA. Puede que GSAP sea una versión aumentada y operativa de MiTEx, aunque, una vez más, todo son especulaciones. De hecho, la verdadera misión y capacidades de MiTEx siguen siendo alto secreto.
Los Estados Unidos ya poseen de forma oficial un sistema parecido, aunque menos espectacular, denominado SBSS (Space-Based Space Surveillance), una constelación de satélites construidos por Boeing y el primero de los cuales fue lanzado en 2010. Los SBSS se dedican a catalogar la basura espacial y otros satélites -incluidos los situados en GEO- desde una órbita baja terrestre, pero evidentemente son incapaces de tomar fotografías de alta resolución de sus objetivos. Y tampoco pueden dañarlos o incapacitarlos en caso de conflicto. Lo más preocupante es que la existencia de GSAP podría ser el inicio de una guerra fría espacial que puede desembocar en algún que otro disgusto. Porque si los EEUU abren la veda del espionaje orbital, China o Rusia pueden decidir hacer lo propio algún día de éstos. Y al Pentágono no le va a hacer ninguna gracia.
Comentarios
Publicar un comentario