Las misteriosas líneas recurrentes en pendiente, donde el agua fluye por el planeta rojo
Hace pocos días la NASA anunció el descubrimiento por parte de la sonda MRO (Mars Reconnaissance Orbiter) de ciertas estructuras formadas aparentemente por agua líquida fluyendo por la superficie de Marte. A pesar del revuelo que se ha levantado en muchos medios, estas marcas no son en absoluto nuevas y se conocen desde hace años. Su nombre, las líneas recurrentes en pendiente o RSL (Recurring Slope Lineae).
Las RSL son marcas estrechas (0,5-5 metros) y oscuras que aparecen en ciertos cráteres marcianos, pero no en cualquiera. Se dan con misteriosa frecuencia en las paredes de cráteres con una pendiente superior a los 20º, siempre orientadas hacia el ecuador del planeta. La mayoría de los cráteres donde se ha confirmado su presencia están en el hemisferio sur en regiones con gran cantidad de hielo subterráneo, aunque hay varios candidatos en regiones ecuatoriales. A pesar de que se han podido apreciar estas líneas en decenas de cráteres, solamente se ha confirmado su recurrencia -vamos, que aparecen y desaparecen ante los ‘ojos’ de las sondas- en un puñado de ellos. Las RSL surgen durante el verano marciano y se desvanecen, a veces hasta desaparecer, durante el invierno.
Los cráteres con RSL son relativamente ‘frescos’, o sea, recientes en términos geológicos, y presentan poca cantidad de polvo. Tendiendo esto en cuenta, es razonable suponer que se trata de formaciones creadas por agua líquida. Los cráteres donde tienen lugar son jóvenes y pueden haber dejado al descubierto una capa de hielo subterráneo -permafrost-, que calentado por el sol, permitiría episodios de deshielo puntual. Eso explicaría su carácter dinámico, al aparecer durante el verano en las pendientes de los cráteres orientadas al ecuador (más iluminadas).
Ahora bien, ¿cómo es posible que fluya el agua líquida por la superficie de Marte? Las bajas temperaturas y la escasa presión atmosférica hacen imposible en principio la existencia de agua líquida sobre el planeta rojo. Cualquier flujo de agua que surgiera de algún acuífero subterráneo debería congelarse o evaporarse casi inmediatamente. ¿No? Pues no necesariamente. Como cualquier estudiante de química sabe, la respuesta a este supuesto enigma es muy simple. Basta con disolver una gran cantidad de sales en el agua para que su punto de fusión disminuya considerablemente (hasta -70º C). Y si algo sobra en Marte son las sales (probablemente el dicloruro de calcio sea la sal más abundante en el agua de las RSL). Naturalmente, incluso con sales a tutiplén, las inclementes condiciones de Marte terminan por triunfar y cualquier ‘manantial’ marciano sólo podrá fluir durante muy poco tiempo.
Como suele suceder en ciencia, existen varias hipótesis alternativas para explicar las RSL sin recurrir al agua. Una de ellas sugiere que las marcas podrían formarse por la escarcha de dióxido de carbono. Esta hipótesis explica bastante bien la formación de ciertos barrancos en algunos cráteres marcianos situados a altas latitudes, pero no las RSL. Por otro lado, otras explicaciones pasan por invocar distintos mecanismos ‘secos’ de avalanchas de polvo. Así que, para salir de dudas, es necesaria una identificación positiva de la existencia de agua. El equipo de la MRO ha estudiado las RSL conocidas -repartidas en siete cráteres- con el potente espectrómetro CRISM de la sonda en busca de la firma espectral del agua o de sales… sin éxito hasta el momento. Entonces, ¿dónde está la noticia? Bueno, el análisis de la distribución de minerales con hierro (abundantes en el polvo marciano hasta decir basta) que se encuentran en estos cráteres no descarta un origen ‘seco’ de las RSL, pero concuerda con las marcas que dejaría el agua. Algo es algo.
En definitiva, el misterio sigue sin estar resuelto, pero digamos que estamos un pasito más cerca de confirmar que las RSL son obra del agua líquida. El estudio ha permitido además descartar casi con total seguridad que las RSL están causadas por el dióxido de carbono, así como confirmar seis nuevos cráteres con estas extrañas marcas. O sea, el número de zonas de Marte con RSL asciende ya a trece. En cualquier caso, las RSL no son abundantes. Los chicos del equipo de la MRO se han dejado los ojos buscando estas formaciones y han llegado a la conclusión de que únicamente el 41% de los cráteres que reúnen las condiciones para que aparezcan poseen estructuras que quizás podrían ser RSL . Los trece cráteres con RSL constituyen el 7% de estas zonas.
La confirmación de que el agua líquida -cargada de sales, pero líquida- fluye aún por la superficie marciana tendría unas implicaciones enormes a la hora de evaluar la habitabilidad actual del planeta. Lamentablemente, no se va a mandar ninguna sonda para que estudie las fascinantes RSL en un futuro cercano. El motivo son las estrictas normas de seguridad para evitar la contaminación de Marte por parte de microorganismos terrestres. Y es que las RSL están clasificadas como Zonas Especiales y su visita requeriría un protocolo de esterilización mucho más estricto de los actuales. Sea como sea, no cabe duda de que estas estructuras hacen del planeta rojo un mundo aún más interesante.
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