El Túpolev Tu-136, el avión orbital soviético olvidado
A lo largo de su historia, el programa espacial soviético diseñó varios aviones espaciales, siendo sin duda el más famoso de todos el Spiral, nacido como respuesta al Dyna-Soar del Pentágono. El Spiral fue la punta del iceberg de un gran número de proyectos de lanzaderas espaciales que van desde los años sesenta a los noventa, y eso sin contar al famoso programa Burán u otras propuestas de aviones espaciales de una sola etapa.
Uno de los proyectos más antiguos y al mismo tiempo menos conocido fue el Túpolev Tu-136, un pequeño transbordador espacial desarrollado a finales de los años 50 también como contrapartida del Dyna-Soar estadounidense. El Tu-136, concebido en el marco del programa Zvezdá (‘estrella’), era una pequeña lanzadera de 7,5 a 9 toneladas y empleaba tecnologías creadas inicialmente para el avión balístico no tripulado Tu-130 (DP). Al igual que el Dyna-Soar o el Spiral, el Tu-136 podía llevar un único cosmonauta, aunque también era capaz de llevar a cabo misiones sin tripulación, más que nada porque por entonces se desconocían los efectos de la microgravedad en el organismo humano. Estas misiones se dedicarían principalmente a interceptar satélites enemigos, incluido el Dyna-Soar, o llevar armas nucleares. Para realizar estas tareas estaba dotado de dos motores de combustible líquido que, sumados a una superficie alar de 38 metros cuadrados, le hubieran permitido maniobrar en la alta atmósfera durante la reentrada y aterrizar sobre territorio soviético con una mayor flexibilidad que una cápsula, pudiendo desviarse hasta mil kilómetros de la trayectoria orbital definida.
El Tu-136 fue concebido para ser puesto en órbita con un cohete de potencia media con capacidad para situar de diez a veinte toneladas en órbita baja. Puesto que por esa época no existían lanzadores de estas características Túpolev consideró desarrollar uno cohete propio. En una primera etapa de prueba se esperaba poder lanzar prototipos en vuelos atmosféricos dotados de motores de combustible sólido mediante aviones Túpolev Tu-16 y desde misiles R-5 y R-14 en vuelos suborbitales. Un prototipo denominado 136/1 sería transportado por un avión Tu-95K para comprobar las capacidades de planeo del aparato en vuelo subsónico y por debajo de los diez kilómetros de altura de forma similar al MiG-105 del programa Spiral. Otro prototipo, llamado 136/2, se emplearía en vuelos hipersónicos con velocidades de hasta 12000 km/h y por debajo de los cien kilómetros.
Para comprobar las características del vuelo hipersónico se emplearían los resultados de los vuelos del Tu-139, un aparato no tripulado diseñado como respuesta al avión cohete X-15. En una etapa posterior, el Tu-136 usaría un avión hipersónico como primera etapa (un Túpolev Tu-135 o un Tu-139), mientras que la segunda etapa sería un misil balístico, un esquema también sugerido para el programa Spiral bajo el nombre de 50-50. Pronto fue evidente que era necesario ampliar la autonomía del Tu-136 -de una o pocas órbitas-, por lo que se concibió la variante Tu-137, apodada Sputnik, destinada a vuelos de mayor duración.
El Tu-136 no seguiría adelante cuando las autoridades soviéticas decidieron asignar la construcción de las lanzaderas del programa Spiral a la oficina de diseño Mikoyan-Gurevich. Ni que decir tiene, la parte del proyecto relacionada con vuelos hipersónicos pronto sería olvidada debido a las complejidades tecnológicas asociadas.
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