Yuegong-1, el palacio lunar chino en la Tierra

A estas alturas todos sabemos que la Luna ocupa un lugar destacado en los planes espaciales chinos, aunque por ahora no existe ningún programa tripulado que haya sido aprobado de forma oficial. Pero por si algo se caracteriza China es por desarrollar las tecnologías asociadas a sus proyectos con bastante antelación y sin armar mucho barullo. Por eso resulta especialmente llamativa la iniciativa Yuegong-1, una simulación de base lunar destinada a crear sistemas de soporte vital autónomos.
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Esquema de los módulos de la instalación Yuegong-1 (Xinhua).
Yuegong-1 (月宫一号, “palacio lunar” en mandarín) es una especie de cruce extraño entre Mars 500 y Biosfera 2 cuyo fin es simular una base lunar tripulada. Aunque los detalles técnicos son todavía un tanto confusos, Yuegong-1 está formado por tres módulos. Uno de ellos posee 10 metros de longitud, 6 metros de ancho y 2,5 metros de alto y está repleto de pequeños animales y plantas (hasta diez variedades distintas) destinados a servir de comida y generar el oxígeno necesario para la tripulación y, obviamente, también se encargan de eliminar el dióxido de carbono. Otro módulo, de 14 x 3 x 2,5 metros, incluye la zona de trabajo de la tripulación de ‘simunautas’, formada por tres voluntarios. En el futuro se espera añadir un segundo módulo con plantas para simular el cultivo de vegetales en la Luna.
Yuegong 1
Interior de los invernaderos del Yuegong-1 (jz.81.cn).
Desde el 1 de mayo Yuegong-1 está siendo empleado para llevar a cabo una simulación de estancia lunar de 105 días, aunque se desconoce el grado de autonomía de los sistemas de soporte vital. La tripulación está formada por tres simunautas, dos hombres y una mujer (curiosamente, o no, tres es el número de personas que caben en una nave Shenzhou). Sea como sea, Yuegong-1 se parece más a la experiencia soviética BIOS-3 -bastante desconocida en la actualidad, todo sea dicho de paso- que a la controvertida Biosfera 2. El proyecto Yuegong-1 está dirigido por el doctor Liu Hong, quien de hecho participó en Biosfera 2. Ya en 2012 dos voluntarios (Tang Yongkang y Mi Tao ) del centro de entrenamientos de astronautas chinos pasaron 30 días en Yuegong-1, cuyas instalaciones están situadas en Pekín. Aparentemente, comieron al día entre 30 y 50 gramos de verduras y frutas cultivadas en el interior del Yuegong-1. En un principio se estudió usar un sistema de soporte vital basado en algas, pero finalmente se optó por una selección de cultivos más tradicionales.
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Los tres voluntarios que actualmente están llevando a cabo la simulación de 105 días en el Yuegong-1 (Xinhua).
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Un recorrido por las instalaciones de la Yuegong-1 (Xinhua).
Crear un sistema de soporte vital regenerativo es un sueño tan viejo como la conquista del espacio. Tanto en los Estados Unidos como en la Unión Soviética se llevaron a cabo numerosas experiencias para desarrollar sistemas de este tipo, todas ellas con un éxito bastante limitado. No en vano, los astronautas de la ISS reciben todos sus víveres, agua y oxígeno desde la Tierra (se recicla el agua y poco más), una carga que vale su peso en oro (bueno, más que el oro). En cualquier caso, ahora le toca recorrer el camino de los sistemas de soporte vital a China. De paso, Yuegong-1 les servirá para ganar experiencia de cara a la preparación psicológica de las primeras tripulaciones de larga duración de la futura estación espacial china de 2020. Y no sería la primera vez: no olvidemos que China también participó en la experiencia rusa Mars 500 donde se simuló un viaje a Marte (aunque en esta ocasión no se intentó crear un sistema de soporte vital autónomo).

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